XXI

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Charla

—¡Ugh! ¡En serio quiero tener una seria charla con Todoroki! —Ashido agitó los puños en el aire después de dejar el bolso con los objetos del trabajo de su amiga sobre el sofá en el apartamento de la chica.

—No te preocupes, Mina. Lo vamos a resolver una vez lo hablemos.

—¿Hablar? Seguro lo perdonas...

—No tengo nada que perdonarle. —Agitó la cabeza—. Fue un error de ambos y somos adultos; por lo tanto, debemos resolverlo juntos.

—Yo lo que creo es que ambos hicieron de una pequeña discusión, una tormenta en un vaso con agua. —Se encogió de hombros.

—Quizás tengas razón —aceptó—, pero es que creo que Shouto y yo necesitamos aclarar todo para tener la consciencia tranquila. Ya ves cómo es él de denso a veces, y cómo yo apenas puedo lidiar con mis propias emociones.

—En eso tienes razón. —Asintió con un suspiro—. (T/N)-chan, tienes que prometerme que te vas a cuidar.

La mujer parpadeó y una sonrisa maliciosa trastocó sus tranquilas facciones.

—¿En qué sentido?

—Pero ¡¡¿qué te han hecho?! —exclamó dramáticamente, echándose a reír—. De las dos formas. Pero, hablando en serio, no quiero que tengas que volver a pasar por algo así...

—Créeme que yo tampoco quiero.

Ashido la abrazó brevemente, viendo cómo su amiga se disponía a arreglar su departamento. Por algunos días, había estado molesta con Todoroki, pero, después de recapacitarlo, llegó a la conclusión de que eso no era su culpa. Además, era imposible proteger a alguien todo el tiempo; sin embargo, le había dado los medios para defenderse en el peor escenario posible, y su amiga era buena para hacerlo. Supuso que hacer de Cupido para esos dos no había terminado tan mal como creyó cuando vio el reporte del incidente por primera vez. Aun así, quería hablar con Todoroki para agradecerle y advertirle que se las vería con ella si llegaba a lastimarla en alguna ocasión; aunque debía admitir que (T/N) lucía mucho más contenta y linda desde que lo había conocido.

—Mina —llamó la chica—. Muchas gracias por hospedarme en tu casa todo este tiempo. Tener tu compañía me hizo sentir más segura.

—No me agradezcas. —Agitó la cabeza con una sonrisa—. Ahora podrás tener a Todoroki a tu disposición aquí, y no tendré que preocuparme demasiado.

—Bueno, eso depende de la conclusión a la que lleguemos, pero espero que tengas razón.

—Vamos, yo creo que los dos no tienen intenciones de separarse.

—Puedo hablar por mí, pero no por Shouto.

—Eres una pesimista empedernida —suspiró Ashido—, pero te dejo, (T/N)-chan. Tengo trabajo y tú una cita dentro de unas horas.

Ambas amigas se despidieron y, cuando regresó al interior de su hogar, no se sintió tan inquieta como la última vez que había estado allí. Aunque tampoco podía ignorar la sensación de que algo —alguien— faltaba.

Se apresuró para alistarse y aplacar sus nervios. Le pareció curioso que se sintiera igual de ansiosa como la primera vez que decidieron encontrarse. No supo si esa era una buena señal o no, pero tampoco quiso desestimar la sensación porque esta le contaba, como en confidencia, que todas las emociones que causaba Todoroki en ella eran invaluables.

Terminó de organizar todo y limpió un poco la fina pátina de polvo cubriendo los muebles. Con el corazón acelerándose con cada paso que daba, se dirigió al parque. Cuando arribó, quince minutos más temprano de lo acordado, se sorprendió al ver el cabello bicolor de Shouto. Estaba leyendo un panfleto, sentado en un banco mientras que la luz que se colaba por los cerezos en flor escindía sobre su piel y le daba una apariencia digna de fotografía. Al sentir que lo observaban alzó la mirada hasta clavarla en la de su pareja.

Acuarela Facial || Todoroki Shouto x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora