Epílogo

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Reunión

Todo su cuerpo temblaba. Sus manos se estrujaban entre sí, y Shouto lo único que hacía era observarla. Quiso abrazarla para tranquilizarla, pero sabía que, cuando estaba así, esa no era su solución más oportuna porque lo más probable era que lo rechazara; además, estaban en público y no quería llamar más la atención de lo que ya. Sin embargo, ella seguía moviendo los dedos, y Shouto se obligó a tomar sus manos entre las de él.

—Si no quieres hacerlo hoy, podemos posponerlo.

—Ya lo he hecho en dos ocasiones. Y dicen que la tercera es la vencida. —Se forzó a regalarle una sonrisa—. No sé si la tercera sea para finalmente animarme a hacerlo, o que tú decidas dejarme por mi inseguridad.

—Lo último puedes estar segura de que no ocurrirá. Pero, en serio, si no quieres conocer a mis padres hoy, no hay problema.

—Bueno... Estamos más cerca de tu casa que de la mía, así que no quiero que el viaje sea en vano. ¡No puedo seguir dándole prórrogas a esto!

—Sé que mamá te amará.

—Eres muy dulce, Shouto, pero no me quiero dar esperanzas tan pronto.

—Bueno, mi visita con tus padres no fue tan mal como creía, confía en mí sobre hoy.

—Pero es que tú tienes el factor Shouto.

—¿El factor Shouto?

—Sí. Eres apuesto, eres un héroe, tienes modales espléndidos, y eres considerado. En cambio, yo...

—Eres mucho más que eso —espetó, amedrándola por su brusquedad—. Eres mejor que yo, y de eso no me cabe duda.

—Esperemos que tu familia crea la mitad de lo que tú —musitó, soltando un suspiro.

Shouto tan solo agitó la cabeza, pero le alegró que no decidiera dar marcha atrás. Él mismo estaba emocionado porque su madre la conociera y, de tanto que le había hablado sobre lo que vivía con ella, Rei también empezó a esperar con ansias conocer a la novia de su hijo. Por otro lado, Shouto no podía olvidar el brillo en los ojos de Enji cuando se lo mencionó, y no sabía si eso era bueno o malo, tan solo tenía la certeza de que, si decía algo fuera de lugar, no dudaría en saltarle a la yugular en un sentido muy estrictamente figurativo —aunque podía tornarse literal—. Sin embargo, los buenos comentarios de sus otros dos hermanos habían alentado las expectativas que tenían sobre ella, y eso era bueno, porque para él, (T/N) era mucho mejor.

Le causó gracia que se detuviera abruptamente frente la puerta de su casa, a pesar de que él tenía la llave ya encajada en la cerradura. Lo tomó del brazo, gesticulando para que le diera unos segundos para mentalizarse; pero a Shouto le gustaba molestarla un poco, así que abrió sin más dilaciones.

—¡Shouto! —chilló a modo de reclamo, dejándose arrastrar por sus brazos aunados.

—Todo irá bien —le repitió cual mantra—. Solo entremos.

La mujer se quejó, pero se dejó guiar. A pesar de ya haber estado allí, le seguía impresionando el refinado recibidor de estilo tan japonés. Se fijó en los lirios descansando en un simple jarrón.

—Mamá ya debe estar aquí —comentó Shouto, reparando en el mismo detalle que ella.

Rio cuando la notó lividecer, pero siguió tirando se su brazo, instándola a dejar los zapatos en la entrada y ponerse unas pantuflas para invitados.

—¡Ya llegamos! —anunció con su voz imperturbable.

—Bienvenido —respondieron tres voces.

Acuarela Facial || Todoroki Shouto x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora