orphanage of the stray kids

11

– Hyung, ¿lo encontraremos rápido? Esto me da miedo– Jeongin le temía a la oscuridad, y el pasillo estaba iluminado solamente por la luz de la luna y se veía aterrador.

– Estamos contigo, no voy a soltarte la mano– Changbin le sonrió para que se sienta un poco mejor, aunque no contestó a la pregunta del menor, también estaba asustado.

Mientras caminaban por el largo corredor, se fijaban por cada ventana en las habitaciones pero no había rastros de Minho.

Cuando ya no había más galería por la cual caminar, se encontraron con la oficina de la directora Kim. La puerta estaba entreabierta y escuchaban ruidos dentro de la habitación, se miraron unos a los otros y se preguntaron mentalmente si era bueno entrar o no. 

Pero Seungmin, alias el valiente caballero, abrió la puerta de golpe y vio a Hyerim, su ángel guardián.

– ¿Noona, por qué está llorando?– El menor se acercó al escritorio donde estaba la mujer arrodillada y con papeles alrededor de ella.

Los otros dos chicos entraron y vieron los papeles que Hyerim tenía en sus manos, el mayor quería agarrarlos pero ella no lo permitía, hasta que se los quitó con fuerza.

– ¿Qué...?– Seo cayó de rodillas al leer el papel que estaba sosteniendo. 

– Le vendieron a Minho a la familia Park para matar a Felix– Dijo Kim, mientras se ahogaba en llanto. 

Las lágrimas se desplazaban por los rostros de los chicos, pero no decían nada, estaban inmutados. Cuando el menor se levantó, soltando la mano de su noona, en la puerta se encontró con la directora Kim.

– ¿Qué hacen aquí?– La mujer no se notaba sorprendida, pero no le dio tiempo a dar un paso ya que Jeongin chocó su puño con el rostro de la monja, quien cayó de espaldas.

– ¡Idiota!–Si bien no era un gran insulto, se sorprendieron al escuchar al pelinegro hablar así, siempre fue muy educado aún así cuando lo trataban mal, pero esta vez era diferente. 

Cuando la chica se alejaba de la puerta, Yang subió arriba de ella y comenzó a golpearla en el rostro, hasta que Chan apareció con los demás chicos y trató de sacar al menor, pero era imposible ya que tenía fuerza. 

– Ojalá te pudras en el infierno– Se levantó y comenzó a llorar desesperadamente en los brazos del líder.

– Vamos a salvar a los chicos– Fue lo último que dijo Bang.

Todos se iban mientras dejaban a la directora en el piso, golpeada y llena de sangre.

Aunque no muerta.