–¡No!– Felix paró en seco y quiso ir hasta donde estaba la mujer con una herida de bala en el estómago, pero Minho lo sostuvo para que no disparen a su dirección y se escondieron detrás de un auto que estaba al lado de ellos.
– ¿¡Hyerim!?– Se arrodilló ante la chica con la vista borrosa. Ella fue quien recibió el disparo ya que quiso protegerlo.
– Cuida a los niños, por favor...– Trató de decir unas últimas palabras con todas sus fuerzas, pero no resistió debido a que la pérdida de sangre no la dejó abrir los ojos.
Chan vio que en la mano de la mujer había un arma, quizás era para dispararle a la persona del vehículo negro, pero no pudo. En la otra había una carta, no sabía para qué era, pero la tomó y la guardó en el bolsillo del buzo gris que traía puesto, un poco manchado con la sangre de Hyerim.
Tomó la pistola y vio cuántas balas tenía; las suficientes como para matar al bastardo que le hizo esto a la madre de sus amigos y a Felix.
Cuando vio que el auto paró al lado de donde estaban Minho y el australiano menor escondidos, corrió con todas sus fuerzas sin saber qué hacer.
¿Debía disparar? Nunca disparó un arma, era su primera vez, las primeras veces nunca salen bien. No quería que lastimen a sus amigos, tendría que ver si los otros chicos estaban bien o si sus cuerpos no estaban tirados en plena calle. ¿Por qué no había nadie a esa hora? ¿Dónde estaban todos?
– Corre y vete con Felix, dame el arma– Chan tomó al menor en sus brazos y le entregó la pistola.
– No puedo dejarte solo– Mientras Felix trataba de decir numerosos "no", Minho trató de calmarlo con un beso, pero no había caso.
– Dije que se vayan, no vuelvan si escuchan un disparo.
Recargó el arma y tomó al líder del brazo, repitiendo una y otra vez que debían irse. Confiaba en Lee, así que corrió detrás de los autos sin ser visto por el del vehículo, quien no se movía en ningún momento.
– ¡Baja!– Minho dio la orden y el hombre aceptó, una vez que escuchó la puerta cerrarse, salió lentamente de su escondite– ¿Por qué no me sorprende?
– Vaya que eres astuto, Lee– El señor Park tomó su arma y la recargó, pero no le dio tiempo al menor ya que le disparó en el estómago– Pero no lo suficiente.
– ¡Minho!– Se escuchó un grito de fondo, era el de Felix.

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orphanage of the stray kids
Fiksyen PeminatUn grupo de nueve chicos viven en un orfanato, donde las monjas son demasiado estrictas y no hay una pizca de diversión en ese lugar, está prohibido. Un día, llegan dos personas al lugar y deciden adoptar a Felix, quien es parte del grupo. Los demás...