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– Por favor, Felix– Jeongin trataba de levantarlo de la cama pero no pudo, es el intento número cien por sacarlo de su habitación.

Han pasado dos meses de lo sucedido, necesitaba testificar por milésima vez debido a que los papeles se perdían, mágicamente. Pero Felix sabía que era obra de los hombres del señor Park, no querían manchar más su nombre debido a que este sobrevivió al disparo.

Sus amigos trataban de subirle el ánimo, pero nada lo ayudaba. Necesitaba a Minho, sus besos, sus abrazos, sus caricias, todo lo que venga de él. No quería nada más que ver a su novio.

– Felix, es suficiente– Chan entró a su cuarto y le sacó las sábanas que tapaban su delgado cuerpo, lo tomó del brazo y logró pararlo con un poco de esfuerzo.

Lucía horrible. Se notaba que no dormía debido a las ojeras que tenía, hasta sus pecas se notaban cada vez más por la palidez del chico, sus labios estaban agrietados y sin color.

– Han pasado dos meses, sé que es difícil, pero Minho...– 

–Minho está muerto.

– No lo entiendes, Felix– El nombrado no quiso escuchar más, se encerró en el baño para tomar una ducha e irse a tomar aire para luego encerrarse por otros dos meses más.

El líder salió de la habitación y se fue a la sala de estar, donde estaban todos esperando a que el pecoso salga y hable con alguno de ellos. Las únicas palabras que pronunció fueron las que acababa de decirle a Chan. 

Felix bajó las escaleras de la casa sin saludar a nadie y salió de la casa, ignorando los llamados de sus amigos preguntando si necesitaba compañía.

No, no necesitaba compañía, necesitaba a su novio.

Cuando llegó a la comisaría testificó lo más rápido posible, estaba en una habitación con ventanales grandes por donde podía ver las oficinas de los oficiales.

– Bien, y sobre lo de tu novio...– El señor frente a él, quien traía unos documentos, trató de hablarle sobre Minho, pero el pelinaranja lo interrumpió.

– Murió.

– ¿Vas a dejarme terminar?– El menor asintió, sin decir una palabra y removiéndose sobre su asiento– Nos has hecho un favor al estar encerrado durante dos meses sin salir, no íbamos a dejar que salgas con el señor Park suelto– Puso sobre la mesa unas fotos del hombre en la cárcel, no le importaba si ya lo habían atrapado, no le traería de nuevo a Hyerim y Minho– Y tu novio...– Felix estaba por pronunciar la misma palabra que siempre describía a su amado.

La puerta se abrió y dejó ver a un joven con ropa negra, su gorra no dejaba ver la cara, pero el pecoso bajó la cabeza de inmediato.

– ¿No vas a saludarme?– Levantó la mirada al escuchar esa voz tan conocida.

– ¿Minho?– Se levantó tan rápido como pudo y corrió a abrazarlo– Por favor, esto no puede ser un sueño.

Sus pequeños ojos se llenaron de lágrimas tan rápido como los del mayor.

– ¿Cómo puede ser que...?

– ¿Esté vivo? Dije que nunca iba a dejarte solo– Se besaron por unos segundos para después abrazarse fuerte.


FIN.

orphanage of the stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora