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– ¿Creíste que tendrías un final feliz con ese idiota?– El hombre se acercó al cuerpo en el piso lleno de sangre– No existen los finales felices

– Quizás... sí...– Mientras tosía, con todas sus fuerzas tomó el arma y trató de levantarla, pero el señor Park le pisó la muñeca para impedir todo movimiento que el menor haga. Comenzó a reírse y apuntarlo con el arma en la cabeza pero no disparó debido a que una mujer salió del auto.

– No le hagas daño– El hombre tomó a su mujer y la tiró con todas sus fuerzas al lado del joven, quien luchaba por sobrevivir. Los gritos de Felix no se escucharon más.

La situación era graciosa. Minho y la señora Park en el suelo, el hombre mayor parado enfrente de ellos mientras los apuntaba con un arma. No había nadie en la calle, ni siquiera un auto en movimiento, ¿era un apocalipsis? Los amigos se fueron por su propio bien. A unos metros yacía el cuerpo muerto de Hyerim. ¿En serio era su fin?

Felix volvió a gritar, estaba escondido detrás del mismo auto de  siempre, a unos pasos de ellos. Cuando el señor quitó su vista de las personas en el piso, la mujer tomó la pistola de Minho y le disparó a su esposo en el pecho, no se escuchó un segundo tiro, solo un cuerpo caer sobre el auto a su lado.

Minho no tenía fuerzas, las perdió cuando su muñeca fue aplastada por un zapato caro y pesado. 

– ¡No, no, no, no, no!– Cuando el pecoso se acercó donde estaba su novio ya era bastante tarde, pero no lo suficiente porque cuando se sacó la camisa para apretarla sobre su herida para evitar más pérdida de sangre, Minho le tomó la mano.

– Felix...– Su voz se escuchaba entrecortada, el nombrado le repetía que no hable y que ya llegaría la ambulancia que la señora Park llamó desde el celular– Te amo.

– Yo también te amo– Cuando vio la sonrisa de su novio sintió que su mundo se desmoronaba poco a poco, todo era en cámara lenta.

Sintió que su pecho ya no hacía un esfuerzo por subir y bajar, gritó con todas sus fuerzas mientras sus lágrimas caían en la cara del mayor.

Sus amigos aparecieron al igual que los para-médicos, lo agarraron con muchas fuerzas para alejarlo del cuerpo de su novio para que puedan llevarlo al hospital con urgencia.

Pero Felix sabía que era tarde.

Los siete abrazaron al australiano, demostrando lo mucho que lo querían y que no estaba solo.

Y no, no lo estaba, pero ¿qué sería de él sin Minho?

Él fue quien hizo de su vida un cuento de hadas, pero no sabía que terminaría con este final.

Tendría que aprender a convivir sin Minho, ya que tenía el apoyo de sus amigos.

orphanage of the stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora