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– Tienes una fuerza increíble, Innie– Chan hablaba con él mientras caminaban hasta llegar al patio. El nombrado levantó sus hombros y asintió algo inseguro.– Espero que algún día peleemos para ver quién es más fuerte– Rió suavemente para calmar la energía tan pesada que se acumulaba en Yang.

– Si no morimos al igual que Felix y Minho– Sacó el brazo del mayor de sus hombros y caminó más rápido, lejos del grupo.

Cuando Changbin iba a seguirlo, el líder lo paró dándole a entender que necesitaba su espacio.

Jeongin parecía ser un chico frío, pero en realidad es una persona llena de amor. La situación lo tenía bastante mal, saber que dos de sus hyungs estaban en peligro lo hacía sentir horrible. Quería hacer algo, necesitaba salvarlos. Los ocho son su única familia y son los únicos que le brindaron el cariño necesario para ser feliz.

Cuando llegaron a la puerta que llevaba al patio delantero, donde estaba la salida, Jisung asomó la cabeza para ver si había algún guardia.

– No hay señales de monjas con metralletas– Hizo una señal con los dedos indicando que podían salir.

– Ve muchas películas de acción, es experto, tuvieron que verlo cuando rescatamos a Chan– Woojin les explicaba a los que no estuvieron presentes cuando tuvieron que cruzar las barreras infrarrojas. 

Todos rieron y empezaron a caminar sigilosamente, con cuidado ya que seguro habían alertas sonoras por si algún huérfano escapaba.

Estaban a mitad de camino y se escondieron detrás de una fuente con la forma de la Virgen María al ver una linterna apuntando hacia esos lados.

Cuando no alumbraron más, iban a seguir pero el sonido de una alarma comenzó a escucharse por todo el patio los detuvo, Seungmin tropezó con un cable que la activaba.

Corrieron lo más rápido posible antes de que los atrapen y su plan se eche a perder, treparon la pared de ladrillos como pudieron y se echaron a correr por la calle.

Nunca salieron del orfanato, la única vez que estuvieron del otro lado de la entrada fue cuando los llevaron porque fueron abandonados. Sintieron el aire fresco, no había olor feo a comida o a encierro, había olor a libertad.

Eran libres, pero lo eran solo por una razón; necesitaban salvar a dos de sus amigos.

Iban a seguir con el plan que tenían, pero el miedo se hizo presente.

Eso no impidió que sus pies los llevaran hasta la casa de la familia Park.

orphanage of the stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora