"¿Eres humano? ¿Algún tipo de caminante con poderes mágicos? He visto algunos por estos lugares...
Ya no te tengo miedo. Ya no tanto, al menos. ¿Te parece si mejor hablamos, nos conocemos y nos hacemos amigos?
¿Estás buscando a alguien? ¿Te has perdido como yo? No encuentro a mis padres, ¿Los has visto? No puedo decirte que se parecen a mí porque ya no soy como era antes. Mis ojitos ardieron un día y ahora son de un color rojo, lo sé porque me vi en mi reflejo en un cristal que encontré tirado.
Mi cabello tampoco es igual, ahora es blanco y me ha crecido mucho. Si mamá estuviese cerca sé que no me reconocería y eso me asusta.
Incluso me ha crecido algo en mi cabeza... ¿Tú tambien sientes miedo? Por favor, no me temas. No te haré nada, si lees esto puedes tratar de responder con la crayola que está a un lado, sirve para hacer rayones. Úsalo para escribir.
Con cariño, Eri."
Al final de la hoja, entre un poco de mugre y rayones de color azul está mal escrito "Sólo trato de protegerte".
(...)
Los pensamientos de Izuku volaron lejos en cuanto una bolsa de papitas cayó en su cara, no necesitaba levantar la mirada para saber quién lo había lanzado de esa forma. Sintió a alguien sentarse a un lado de donde estaba él acostado, hace unos momentos había estado viendo el cielo despejado.
El azul del cielo sin nada más a su alrededor le daba alas a su imaginación, podía creer que el mundo estaba en perfectas condiciones y la vista sobre él lo confirmaría, por eso no apartaba la mirada del punto alto, sólo apartó un poco la bolsa de comida para seguir apreciando. La acción pareció no importarle mucho a Katsuki quien tras terminar de comer su propia bolsa de fritura también se acostó para tratar de ver el mundo que Izuku veía fallando en el intento.
Sabía que por más creativo que fuese no podría saber con exactitud lo que el otro estuviese imaginando. Sólo se quedó unos instantes en silencio tratando de que por ahora su molestia se muriera y le dejara apreciar el momento.
Ver los ojos de Midoriya brillar, escuchar sus suspiros y sentir algo de su calor a pocos centímetros de él era algo que valía todo lo que habían tenido que pasar tanto Kirishima como él para mantener las cosas lo más normal y seguro posible.
Hasta ahora no le había dicho nada a Izuku sobre un caminante que los había atacado justo después de que se habían encontrado con humanos molestos ni que dicho caminante le había lastimado un poco el hombro.
Era algo innecesario, más aún si se trataba de su orgullo. ¿Para qué decirle que tuvo bajas en la pelea? Tampoco era momento para decirle que a demás de Toga habían otros buscando a Izuku por quién sabe qué en su sabor. Le importaba una mierda los comentarios gourmet de sus compañeros de laboratorio, sólo necesitaba mantenerlos a raya y a Izuku lejos de los hambrientos de mierda.
Algo bueno que tampoco había logrado terminar de hacer era entregarle algo al peliverde que llevaba días en su mochila. Sabía que tarde o temprano debía darlo, pero aún no sentía que era necesario. Había visto que la libreta del arbusto tenía muchas hojas limpias aún por lo que solo falta esperar.
Tampoco desea esperar al momento de que el idiota esté a punto de morir, sería estúpido hacerlo. ¿En qué le serviría a un muerto-muerto una libreta y un kit de dibujo incompleto? Lo podría enterrar junto a esas cosas, pero prefería evitar eso.
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Lovelipsis 【KatsuDeku】
FanfictionEl mundo comenzó a marchitarse rápidamente sin ninguna explicación, las personas cambiaron drásticamente matando se entre todos por el extraño virus que atacó a todo ser viviente. y, aún así, entre tanto caos que azotaba a la humanidad, hay esperanz...