Ese día había comenzado demasiado tranquilo contrario a los que habían tenido las últimas dos semanas cuando la pequeña Eri comenzó a tener problemas con su poder pues ponía en peligro a los que la rodeaban. Veían aquello como una enfermedad pasajera pues en cuanto el control volvía a ella, el cuerno en su cabeza se volvía más pequeño. Sólo fueron dos ocasiones en las que no pudieron hacer mucho, pero las suficientes para saber que debían buscar algo que pudiese ayudar a la menor.
Además de eso no había ninguna otra amenaza, nada que pudiese ponerlos en alerta o les hiciera esperar lo que por la tarde ocurrió. Kirishima, Kaminari y Katsuki habían salido en busca de alimentos como normalmente lo hacían dejando al cuidado de los menores a los demás creyendo en que eran los únicos que podían estar en peligro en momentos como esos en que el mundo estaba teniendo sus últimos cambios. Pensando en que las cosas seguirían como iban, que regresarían con ellos y podrían seguir buscando la solución a la actual preocupación.
Ni siquiera el mismo Izuku se imaginó que las probabilidades de un nuevo riesgo aparecerían por sorpresa en cuanto se disponía a jugar con Toru y los menores. Todo iba bien después de todo. Risas entre ellos mientras esperaban a los demás quienes buscaban alimentos y otros que vigilaban los alrededores desde el tejado de su temporal hogar. ¿Quién pensaría en que los problemas llegarían aún cuando todo parecía estar perfectamente bien?
Hay tantas cosas que no llegué a decir o no pude realizar, muchas que involucraban a las personas que comenzaban a convertir mi nueva vida en algo que fuese aceptable. Perdí tanto, olvidé demasiado, pero todo eso no parece importar ahora. Ya no hay nada que pueda rescatar.
La primera alerta de que algo estaba mal fue la tranquilidad que de un momento a otro se volvió mucho más notable. Sin ruido en los alrededores de absolutamente nada y, aunque Momo y Ojirou observaran en todas las direcciones, no había ningún ser con movimiento. ¿A dónde habían ido los pocos seres que se encontraban a unos cuantos metros de una casa casi en ruinas que habían visto justo minutos antes?
Era como si simplemente la tierra se los hubiese tragado o alguien se hubiese encargado de ellos en completo sigilo. Eri quien no notaba la reciente alerta entre los adultos se mantuvo jugando con Kouta tratando de no ser tocada por algunos chorros de agua que el pequeño disparaba de sus pequeñas manos. La diversión e inocencia en ellos era la luz del hogar, la felicidad para los que cuidaban de ellos y sobretodo para Katsuki e Izuku.
Midoriya sintiendo un extraño ambiente amenazante se acercó más a sus pequeños tratando de estar al tanto de cualquier cosa que sucediera con ellos, manteniendo su protección sobre ellos. Confiando en que, si ocurría realmente algo, sus amigos que vigilaban el lugar les avisarían con anticipación. Incluso Kage, la sombra amiga del grupo, se encontraba merodeando los alrededores tratando de mantener la zona segura. ¿Era posible que fuese él quien se había encargado de mantener esa extraña tranquilidad o algo más?
Terminé las notas, pude hablar correctamente con Kacchan y conseguir formar una familia junto con él, tener amigos y volver a sentirme vivo, pero es ahora que puedo confirmar que no me siento completo. Como si algo me hubiese hecho falta y quedaron pendientes. ¿Habrá sido el querer seguir con ellos? Es extraño pues estoy ahí y al mismo tiempo es como si no lo estuviera, de cierta forma puedo entenderlo...
— ¡Papá Izuku! — Eri corrió hacia él con la intención de usarlo como escudo de los chorros de agua riendo mientras era perseguida, la sonrisa de Kouta y el sentir las pequeñas manos de Eri aferrándose a su camisa fueron como un extraño sedante a su corazón que le hizo sentirse desconectado por un momento de su cuerpo viendo todo como si fuese sólo un expectador de una película que da un giro completamente inesperado. Ese momento se sintió justo como eso en cuanto algo parecido a una sombra apareció frente a él perdiendo de vista a Kouta.
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Lovelipsis 【KatsuDeku】
FanfictionEl mundo comenzó a marchitarse rápidamente sin ninguna explicación, las personas cambiaron drásticamente matando se entre todos por el extraño virus que atacó a todo ser viviente. y, aún así, entre tanto caos que azotaba a la humanidad, hay esperanz...