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"Hay tantas cosas que aún no he logrado hacer, ideas que desean ser realizadas y cuentos que no he logrado narrar. Poco es el tiempo que me ha de quedar desde el instante en que aquel extraño ser me dio su confianza y seguridad.

Deseó poder fallecer lejos de él, en algún lugar en donde su vista no logre hallarme ni su audición escucharme. Es tanto ya el dolor que le he causado a aquellos quienes estuvieron en vida conmigo como para ahora lastimar a alguien después de la muerte, sería una mala acción, sería acabar con lo que queda de mi alma.

¿Qué es la vida ahora que las cosas están como están? ¿Qué es del gran cielo ahora que los vivos no piensan en él? ¿Habrá alguien entre la muerte que pueda aún agradecer?

Mi aliento poco es, ya nadie cree en nada, no tienen un pensamiento más allá de ellos mismos. Ya nadie siente nada, todos sólo siguen el ritmo que se les ha dado. Ya nadie se para a preguntar aquello que nunca se pregunta.

Si al iniciar algo debe acabar para darle lugar a algo más entonces, ¿Cuando fue que todo comenzó? ¿Cuál es su final? ¿Qué vendrá después de la muerte? ¿Qué hay más allá?

El ser extraño no ha dejado de verme, sabe que estoy por irme, pero no quiere. Me ha susurrado una y otra vez sin cansancio que no volveré a estar sola, de su oscura forma sólo puedo ver el camino a mi nuevo hogar. Me dejo envolver por su reconfortante amor, aquel que tanto me prometió.

Pero yo ya no tengo arreglo, ya no hay nada más para mí y me temo que volveré a hacer sufrir a alguien más. Antes de poder cerrar mis ojos puedo oír sus lamentos, sus lastimosos sollozos y su dulce voz tratando de llamarme.

Yo sólo puedo lamentar el no haberme despedido"

(...)

Tres días tuvieron que transcurrir para que la sustancia que contaminaba el aire de gran parte de la ciudad se disipara. Las cosas habían dado un giro inesperado en el último momento, si antes todo había sido un caos ahora ya nada podía explicar lo que sucedía con algún adjetivo.

Por las noches se escuchaba explosiones y derrumbes en todos los lados, por el día las sombras consumían todo aquello que les pareciera peligroso para quienes protegían incluso si eso era ellos mismo u otra sombra.

A medio día miles de caminantes hambrientos corrían entre las calles atacando a todos y devorando hasta los huesos.

La única opción que ahora tenían aquellos que mantenían un pensamiento era protegerse los unos a los otros usando sus dones. Katsuki no había tenido de otra más que aceptar la idea de unir fuerzas, se habían encontrado con algunos otros de su tipo de especie, no eran muchos, pero al menos ya era algo.

Sólo tres nuevos integrantes y sentían que las cosas podían mejorar. Dos de ellos venían del mismo laboratorio, el otro era una chica que había sido contaminada por la sustancia siendo humana cambiando su ADN y transformando su cuerpo. Si los caminantes se transformaban en sombras por la pérdida de sus pensamientos y esperanzas, ella había obtenido un cambio contrario, una luz tan divina que la hizo invisible.

Tooru no daba crédito aún a lo que sucedía, pero no se lamentaba. Pensaba en que, por ser invisible, también sería fácil para ella poder caminar entre todo el caos sin ser detectada, era la ventaja más pura del equipo.

Los otros dos chicos del laboratorio era un chico de don eléctrico y un chico de cola. Kaminari y Ojirō. Eri se encariñó pronto con ellos tres por lo que solía ir a jugar con ellos cuando Izuku salía a buscar comida junto a Kirishima y Bakugō.

Lovelipsis 【KatsuDeku】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora