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"Reporte de avances.
Sujeto 00.

Las células dañinas se implantaron en el sujeto quien no mostró ninguna reacción en cuanto las bacterias se mezclaron correctamente en su sistema. Los cambios comenzaron después de dos horas durando medio día, su comportamiento se volvió más violento. Perdió el control completo de su propio cuerpo.

Resultado similar a los sujetos 02 y 08 quienes presentaron síntomas de hambruna y descontrol después de dos y cuatro días de la inyección bacteriana. 00 se controló doce horas después, se mantuvo encerrado en el sector B.

Se espera cambios positivos que nos hagan saber el comportamiento de distintas células en un individuo."

(...)

Su cabeza dolía un poco comparado a lo que sentía en todo su cuerpo. Sus párpados pesaban demasiado, podía haber intentado levantarse, buscar a alguien y preguntar qué había pasado. El lugar en el que estaba era algo cómodo, era más fuerte sus ganas de seguir durmiendo que tratar de saber lo que pasaba.

No soñaba nada, sólo eran recuerdos de los tiempos en los que las cosas no eran como lo estaban ahora. En dónde esperaba a su madre y, al llegar del trabajo, charlaba con ella sobre todo lo que uno se había perdido del otro en sus vidas diarias.

Ella en el trabajo, él en la escuela. Ambos en un ambiente distinto, pero similar en cierto aspecto. Podía darse el lujo de sonreír entre sueños cuando sentía el calor de los brazos de su madre alrededor suyo cuando le abrazaba al llegar a casa.

Un recuerdo vago llegó entonces a su mente, uno en el que podía detallar un parque. Extrañamente podía sentir emoción, felicidad y admiración; observaba a su alrededor buscando algo o alguien.

El recuerdo terminó en cuanto escuchó la voz de un infante llamarle desde atrás de él, en la lejanía. Quiso voltear, saber de quién se trataba, pero no veía nada más. Un poco molesto tuvo que abrir sus ojos tratando de buscar algo que obligó a sacarlo de sus ensueño.

Quedó extrañado al no ver nada. Ni nadie a su alrededor.

Podía identificar el lugar como una habitación de una casa normal, el lugar estaba algo desordenado y, a juzgar por las prendas en el suelo y algunas cosas en los muebles que decoraban el sitio, era el cuarto de una chica. No había ninguna foto por ningún lado, sólo ropa y algunas revistas tiradas en el suelo.

Tal vez la chica tenía prisas de salir y no tuvo tiempo de arreglar nada.

Poco a poco y como pudo se levantó del suelo, había una cama, pero prefería estar en el suelo. La cómoda cama era otro desastre con tanta sangre manchando las suaves sábanas.

Recorrió una última vez el lugar con la mirada antes de acercarse a la puerta y salir de ahí. Los recuerdos de la pelea en el edificio en el que momentos antes había sido su querido hogar temporal comenzaron a llegar a su memoria causando que sus pasos se volvieran más y más rápidos hasta comenzar a correr por la casa en busca de sus compañeros. Sentía el pulso a mil mientras abría de una en una cada puerta que se encontraba.

Ninguna. En ninguna habitación había alguien a quién saludar o preguntar el porqué estaban en ese lugar. Derrotado se dejó caer en el suelo, las lágrimas opacaron su vista y sus sollozos reemplazaron el silencio.

El momento le hizo olvidar su dolor de cuerpo, la preocupación no dejó que la confusión ocupara por completo sus pensamientos y la tristeza le abrazó para refugiar al pobre Izuku del miedo que, después del llanto, le atacaría. No sabía qué había pasado ni en dónde estaban Katsuki y Kirishima.

- Chicos... Kirishima... Kacchan... - la noche llegó pronto. Tras llorar por casi todo el día se dispuso a explorar con más detalle el lugar encontrando despensa en algunas de las alacenas de la cocina. Preparó una sopa casi sin sabor y la cenó, tal vez no le daba la misma nutrición que comer algo decente a su nueva naturaleza, pero era algo que podía calmar su hambre.

Buscó una cama decente, probablemente el cuarto de los padres de la chica y durmió ahí. Esa noche tuvo más de una pesadilla en la que veía como espectador cómo un infectado atacaba a Kirishima mordiéndole el cuerpo y cómo Bakugō lo dejaba en el suelo para intentar salvarlo.

Despertaba tras ver en primera persona desde su propio cuerpo cómo el infectado atacaba ahora a Katsuki directo al rostro sin ser capaz de poder levantarse a ayudarlos. Gritaba su nombre, pataleaba y luchaba por moverse, pero nada. La peor noche, ni siquiera cuando su madre murió había tenido que pasar por tanto.

Se levantó casi a medio día con los ánimos por el suelo y comenzó a revisar más habitaciones. Descubrió entonces que la casa era propiedad de la familia Ochako, tres integrantes de familia, padres amorosos y una joven chica. Podría considerar que ella era tal vez un poco más mayor a él por algunas fotos que encontró en el cuarto de los padres de ella.

La casa era humilde, ni grande ni pequeña. El tamaño correcto para la familia, por lo que no contaba con cámaras de seguridad ni nada que le explicara el paradero de ellos. Pensando en teorías y posibles escenarios, dedujo que pudieron haber huido en cuanto notaron anormalidades entre sus vecinos.

Aunque eso no explica el porqué de la sangre en la cama de la joven. Era demasiada como para pensar en un evento natural de la mujer, pero tampoco un asesinato pues no había nada que le pudiese hacer pensar en eso.

- ¿Y si... la atacaron cuando ella descansaba? - imaginó la escena y le pareció desesperante. Despertar herido y con alguien desconocido en tu habitación tratando de hacerte más daño es la peor forma de comenzar el día.

No tenía nada más por hacer que tratar de conectar los puntos y crear su propia historia sobre lo sucedido en esa casa. Tenía algunas latas más de comida barata por lo que el hambre no sería ningún problema por el momento. Debía dejar de pensar en sus amigos por ahora, tal vez sólo fueron a buscar alimentos y están por volver.

El día terminó y la hora en la que debería ir a dormir poco a poco estaba por llegar de nuevo, estaba por encerrarse en su nueva habitación temporal cuando un ruido en la puerta principal lo detuvo. Fue un pequeño sonido por lo que tras unos segundos de ver detenidamente el lugar, decidió no darle tanta importancia.

El ruido volvió a repetirse, pero algo más brusco y persistente como cuando alguien trata de entrar rápido, pero la puerta tiene seguro. La idea fugaz de que podría ser Bakugō el que intentaba abrir pasó por su cabeza por lo que con los ánimos renovados corrió hacia ahí, tomó la perilla y la giro.

Su rostro pasó en segundos de estar brillante por la emoción a expresar decepción, confusión y algo de miedo.

- Tú no eres Kacchan...

✎﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏

¡Hola ciudadanos! Aprovecho para darles mis más sinceras felicitaciones por seguir en pie un año más.

También para decirles que estoy trabajando más duro en esta obra pues he visto que de verdad les está gustando.

Dejaré de ser tan vaga para traer capítulos más deprisa.

¡Gracias por los votos y sus comentarios! Me alegran y animan a continuar 😁

Lovelipsis 【KatsuDeku】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora