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—Frankie —exclamó con el mayor afecto en la mirada —estas aquí
—lo abrazo, hundiendo la nariz en su cuello e inhaló el exquisito aroma de melocotón fresco —creí que no vendrias —dijo, señalando su retraso de dos horas. Pero ella no era nadie para exigirle puntualidad, Frankie tenia muchas responsabilidades que cumplir.

—Esta bien —respondio cortantemente y se aparto de ella. María fruncio el ceño por ese acto.

Ambos caminaron en dirección a la pista de patinaje en hielo, Wollman Rink. Se detuvieron  unos segundos, observando la gente que patinaba.

—He pensado... —formulo Frankie, llamando su atención, María enfoco sus ojos en los suyos y sonrio pero él no —sobre nuestra relación... —él se detuvo, entrecerro los ojos y los desvió.

María tomo sus heladas manos y las froto tratando de darle un poco de calor, y después, paso un brazo por su espalda con la intención de abrazarlo.

Él no lo permitio y se aparto, a María le dolio el corazón por su rechazo.

—Debo irme —dio media vuelta
—el cumpleaños de Julie es mañana y debo preparar algo especial —informo.

—Primero de enero se recuerda año nuevo ¿sabes que otra cosa más? —pregunto esperanzada.

—No tengo idea.

Una expresión de hondo pesar se formo en su semblante, suspiro profundamente, le rompio el corazón, ella dio media vuelta para hablar con él  pero el ya no estaba.

<<¿Porqué?>> preguntó, y sintio nudos en el estomago que dolian.
¿Era encerio? Se suponia que pasarían toda la tarde juntos. Un pensamiento fugaz paso por su cabeza pero inmediatamente lo descarto.

María confiaba plenamente en Frankie, el jamás la engañaria.

Una bola de nieve impactó contra su gorro (cachemire, blanco y negro, de Chanel) y se lo arranco de la cabeza.

María levanto la mirada con la ceja levantada. Christopher la observaba  con una sonrisa divertida.

El levanto su gorro y se lo volvio a poner. ¿Que hacía  él ahi?  según tenia entendido pasaria las vacasiones de invierno en su mansión, ubicado en Long Island.

—Hola —saludo María jovialmente.
—que sorpresa verte.

—Los socios de mi padre lo convencieron que diera la fiesta anual en mi casa.

—Y Chloe fue a Grecia con sus abuelos.

Christopher asintio.

—Supongo, terminamos —dijo encogiendose de hombros.

—Lo siento  —negó tristemente con la cabeza —hacían una pareja adorable.

—Si... bueno... todo tiene un principio y un fin, por cierto vi a tu novio.

—¿Franklin?

—¿Terminaste con él? —preguntó y María nego —lo vi con una chica de pelo naranja, ambos parecían estar pasandola muy bien.

—Es su mejor amiga.

—Lo note  —comento en un tono sarcástico.

—¿Que quieres decir?

—Nose patinar —Christopher desvió el tema —y un pajarito.

—Yelena...

—Me comentó que tomaste clases de patinaje con la ganadora olímpica.

—Puedo enseñarte —ofreció, agradeciendo internamente que la mismisima Sasha Cohen le impartiera algunas lecciones.

—Por favor.

María Stark Rogers 《La hija de Tony Stark》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora