María Stark Rogers 《La hija de Tony Stark》

15

María llego tarde a clase por culpa de Happy, quien bebió demas, en la fiesta que organizo Industrias Stark.

Su papá y Pepper también bebieron.

Su papá y Happy estaban tan borrachos que 5 guardias de seguridad los trajeron cargando a casa, Pepper no lo admitió pero también estaba bastante ebria, ella tropezó con su vestido y cayo de rodillas, un guardia tuvo que ayudarla a ponerse de pie.

Fue muy gracioso.

María entro silenciosamente a su aula, pensó ocupar su lugar de siempre, pero el molesto Fred ocupaba su lugar y echaba algunas miradas al cuaderno de Yelena.

María tomo asiento al final de una hilera de sillas.

Saco su cuaderno y procedió a copiar lo que estaba escrito en la pizarra.

Sumas.

María los resolvió rápidamente, pero no fue la primera en terminar, la niña sentada al lado derecho de ella, lo fue, la señorita Miel la felicito y pego una estrella en su cuaderno.

—Hola —saludo suavemente María.

Enfoco sus ojos en la pecosa niña de anteojos redondos, que María había visto un par de veces.

—Hola —le devolvió el saludo con una sonrisa —tu eres María.

—Y tu... eres —maría se detuvo, apenada por no saber el nombre de esa niña.

—ni nombre es Rio Davis Morales.

—Mucho gusto —respondió María, con una sonrisa y estrecho la mano de Rio. En la muñeca, Rio, llevaba un reloj de manecillas doradas, con la imagen de fondo de Iron Man.

—tu papá es Tony Stark.

María asintió

—mi hermano mayor Jeff es fan de tu papá, yo también pero me gustan más las princesas.

—en eso nos parecemos, mi princesa favorita es Mulan, ella autosuficiente, feroz  y valiente, justo como yo quiero ser.

—a mí me gusta la princesa Aurora, desearía tener tres hadas madrinas que me concedan deseos y un enorme castillo donde vivir.

María sonrió.

—mi papá es inginiero y ¿el tuyo?

—mi padre es policia y mi madre enfermera. Estoy aqui por una beca que gane —dijo orgullosamente.

—vaya una niña inteligente.

El timbre de la hora de receso comenzó a sonar, María se levantó rápidamente.

—un gusto conocerte —María escucho  decir a Rio.

Sonó como una despedida, María no lo entendió serian compañeras por mucho tiempo ¿no? se encogió de hombros y se dirigió hacia sus amigas.

Yelena llevaba un enorme moño rosa y unos pendientes en forma de delfín. Hoy en particular parecía más bonita de lo habitual, Laurene tenía su cuello cubierto con una bufanda rosa y su cabello castaño claro estaba suelto, cayendo en finas ondas hasta sus hombros.

Las gemelas llevaban sus ya habituales trenzas amarradas con cintas azules, Chloe tenía su cabello amarrado en cola alta.

— ¿porque llegaste tarde? —inquirió Yelena.

—Algunos contratiempos —respondió y se encaminaron hacia la mesa del comedor.

María miro más allá de las mesas y vio a Rio, ella estaba sola y comía un emparedado de jamon y queso.