Día Diez: Revelación (Primera parte)

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(Voz narrativa: Jung Kook)

Revisé el folio en blanco, con cientos de ideas atravesando mi cabeza y ramificándose en disparates de lo más variados, y presioné el clip del bolígrafo contra la mesa para sacar la punta

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Revisé el folio en blanco, con cientos de ideas atravesando mi cabeza y ramificándose en disparates de lo más variados, y presioné el clip del bolígrafo contra la mesa para sacar la punta. Ay, tenía tanta cosas que contar... ¡Un montón amontonado de montones! ¡Sí, sí, sí! Pero, ¿por dónde empezar? Me daba un miedo atroz ponerme a soltar cosas sin control y fastidiarla.

¿Por qué ese señor tan serio que me recordaba a mi abuelo, con sus canas y sus gafas de lupa, me había tenido que pedir mi testimonio por escrito? Organizar frases en un papel era mucho más difícil que decirlas porque suponía un nivel de concentración mayor que el que tenía, y eso que mi súper salvador aplasta cráneos había usado su magia de gran espía internacional para comprarme una caja de inyecciones de litio y que ya me había puesto dos.

Cogí aire, a duras penas. Me estaba empezando a poner muy nervioso. Todo era... Era... Era tan... Tan... Tan, tan, tan. Tambor. Timbal. Tuba. ¡Vaya! ¡Cuantísimos instrumentos empezaban por "t"! ¡Eso sí que era gracioso! Porque el "tan" rimaba con "tin" y con "tun" y con... Uf; ya estaba desbarrando otra vez. No, no, no. Tenía que controlarme para que la misión secreta de máxima seguridad de mi máster Yoon Gi saliera bien pero hacerlo era tan pero tan difícil...

Tan. Tan, tan, tan.

¡Ay, madre! ¡Qué ultra estrés!

"Kim Nam Joon es una persona súper mega genial y amable". Apreté el bolígrafo sobre el folio y la letra me salió amontonada. "Aguantó sin protestar la explicación de todos mi inventos y..."

Me detuve. No, el "mega" sonaba a exceso de efusividad y debía disimular como lo había hecho en la planta para convencer al Gran Jefe de que me diera el alta, sí. Taché la línea y volví a empezar.

"Kim Nam Joon es súper amable".

—A nadie le importa si ese chico era o no amable, J. K. —Woo Young, sentado a mi lado, echó un vistazo a mis notas por encima de mi cabeza—. No te pongas nervioso y solo escribe lo importante.

Ah. ¡Ah, ya! ¡Lo de la mujer del Apocalipsis y la bolsa! ¡Ya!

"Por la noche vi al doctor con su gabardina elegante hablando con la mujer de las Biblias, la que había ingresado por ser una visionaria alucinante capaz de predecir el fin del mundo". Garabateé lentamente, para evitar perder el concepto y hacerme un lío otra vez con las letras. "Ella da mucho miedo, por cierto, y me trató de estrangular, por cierto también".

Suspiré. Así estaba bien, ¿verdad?

"Como la bipolaridad siempre me ha quitado el sueño, aunque eran las once de la noche y todo el mundo debía de estar recogido en sus dormitorios a las diez, a mí me habían permitido quedarme en un rincón del recibidor trabajando en mi mapa sobre el túnel subterráneo que conecta Corea con Japón por debajo del océano para evitar que me pusiera a saltar en la cama y la rompiera. No soy un delincuente, señor Jefe del Juzgado, no se crea. Solo destrocé los muelles del somier en mi primer ingreso porque tenía demasiada energía y quería divertirme, nada más. Por cierto, repito que tengo Trastorno Bipolar y que tiro las pastillas por el W. C porque no me gusta tener la cabeza quieta, como un mueble, y sé que eso está mal, y prometo no volver a hacerlo porque ya no quiero ingresar más. Y a lo que iba. ¿Por dónde iba?

DISOCIATIVO ² : Sociopático 《MYG》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora