Mi Vecino || Joerick

19

Joel

Me hubiera gustado que Erick conociera a Samantha, mi prima a penas llegó se dio cuenta de que había algo distinto en mí al hacerme la clásica pregunta de «¿te gusta alguien?» que repite cada vez que llega a casa.

Pensé que la mejor manera de que se conocieran es llevándola a mi habitación, ya que el chico pasa la gran parte del día en la suya, sin embargo, notamos que se encontraba durmiendo.

—¿No tienes ni una foto de él? Quiero ver la cara del chico que enamoró a mi primo —Susurró, negué rápidamente.

—Él no me enamoró —Samantha rió.

—Sí, claro, tonto, lo que digas —Respondió aún riendo.

Pasamos un tiempo más allí hasta que decidimos irnos a la sala nuevamente, ya que por lo visto Erick no despertaría.

A la noche, cuando Samantha se fue, pensé que el ojiverde ya se encontraría despierto por su insomnio, sin embargo eso no sucedió.

—Pss.. vecino —Llamé, no hubo absolutamente ninguna reacción, así que hice una mueca y suspiré—. Oh... supongo que ya se durmió.

Y la noche larga volvió.

Al estar solo y no tener ninguna conversación con el ojiverde, el tiempo pasó con más lentitud. Intenté hacer que pase más rápido al leer o mirar vídeos, pero eso no sucedió.

Sentí como si hubiera obtenido algo, y se me fuera arrebatado de la completa nada.

—¿Por qué me gustas tanto? —Cuestiono, con la cara puesta en mi almohada.

Las horas fueron pasando y por primera vez en mucho tiempo pasó algo que me sorprendió.

No logré dormir absolutamente nada.

Al escuchar el despertador con los ojos cerrados pero sin lograr haber conciliado el sueño supe que hoy no sería un gran día.

Me levanté de mi cama y arreglé, logré hablar con Erick desde el primer momento, pero el ojiverde no logró notar mis ojeras ya que me pasé maquillaje para ocultarlas.

Mamá me enseñó eso cuando era más pequeño.

Ahora en la actualidad, ya en el autobús yendo a mi instituto, me pregunto ¿es egoísta sentir que me gustan demasiado las charlas nocturnas con Erick como para no querer que él se duerma temprano?

Digo, sí me alegra que pueda enfrentar su insomnio, pero también me entristece saber que no voy a tener acompañante nocturno otra vez.

Llego al instituto y me adentro en él llegando hasta el salón de clases, allí veo a Richard quien me sonríe.

—¿Cómo estás? —Pregunta, le saludo.

—Bien ¿y tú? —Él no demora en contestar.

—Bien —Responde, nos mantenemos en silencio hasta que decide continuar—. ¿Y el ojiverde?

—Deja a Erick en paz —Pido, Richard ríe.

—Tranquila, fiera, no le haré nada —Avisa—. Solo quiero saber cómo está el integrante de mi nuevo shipp favorito.