Mi Vecino || Joerick

40

Erick

El primer mes sin duda fue el más difícil de todos.

Demoré demasiado en acostumbrarme al cambio de horario y en cada momento extrañaba mi casa.

Ahora nos encontramos en un hotel, mamá lo ama, es bastante amplio y lindo, yo también lo amaría pero... todavía no siento esto como mi casa.

A veces por las noches me he levantado llorando, o ni siquiera he podido dormir.

Extraño mi hogar.

Christopher estuvo en el aeropuerto cuando me iba a ir, el chico me regaló un abrazo realmente lleno de amor y cariño.

Siempre hacemos vídeollamada cuando el horario nos queda bien a ambos, o el otro se encuentra despierto en la madrugada.

Ahora, ya pasado dicho mes, me encuentro acostado en mi cama con un manga entre manos.

«—Algunas cosas nunca cambian —Dice Joel, sonrío al instante pero continuo con la lectura del manga.

—Eso te pasa por conseguirte un novio otaku —Acuso, le oigo reír.

—Pero me encantas así —Responde, asiento para mí mismo.

—Como tú a mí, rulitos»

Suspiro recordando aquello, es uno de los tantos recuerdos que aparecen cada vez que hago alguna acción.

Siempre pienso en él.

Mi cuarto en este lugar ya se encuentra perfectamente ordenado, los mangas están arriba de un escritorio y entre ellos sé que está aquella canción que escribí hace tiempo, sin embargo, me da miedo volver a leer.

Me da miedo que eso me haga recaer y lo termine llamando.

Lo extraño demasiado, pero... esto es lo mejor para los dos, supongo que con el tiempo esta sensación disminuirá.

Todavía no he comenzado las clases aquí, pero sé que mamá tampoco quiere apresurarme. Ella me está dando mi espacio y dejando que llore simplemente en silencio, por lo cual se lo agradezco.

Mamá llega más tarde del trabajo, por lo cual la gran parte del día estoy solo aquí, mirando alguna película o tratando de entretenerme con algo, porque si cierro los ojos, su rostro aparece en cuestión de segundos.

¿Qué estará haciendo él?

El contacto de Richard antes cambiar de número también lo eliminé, no tengo nada contra él, pero es amigo del rizado, y no que esto sea más difícil de lo que ya es.

A veces me pregunto si debería buscarlo en sus redes sociales, pero nunca llego a hacerlo, me quedo en pausa frente al computador o el teléfono, pensando si eso es lo correcto.

Oigo como golpean levemente la puerta de la sala y me levanto de la cama, saliendo de mi habitación y encaminándome hacia allí.

Miro quién es y no lo reconozco para nada, por lo cual alzo el ceño.

Miro mi teléfono y noto que hay un mensaje de mamá, diciendo que invitó a alguien a casa para así tengo un amigo aquí, es el hijo de una compañera de trabajo.

Suelto un bufido y abro la puerta, dejando ver al chico con claridad.

Trae puesto un abrigo blanco, vaquero negro y unos zapatos también negros. Además, tiene lo que supongo que es una guitarra en su espalda, ya que se encuentra dentro de una funda.