Mi Vecino || Joerick

55

Joel
♬

Muchas veces cosas del futuro te pueden hacer recordar algo del pasado, sin embargo, lo feo ocurre cuando no son nada buenas y uno ya no sabe exactamente qué hacer ni cómo reaccionar.

Mientras Linda se encuentra bañandose me pregunto qué hacer con nuestra relación.

No es sano estar con alguien que no amas.

Abro la puerta de mi apartamento a penas escucho que alguien golpea la misma.

Quien aparece no es de esperarse para mí, pero el chico delante mío simplemente me sonríe.

—Hola —Dice Christopher.

—Hola ¿qué necesitas? —Cuestiono, el chico ríe nervioso.

—Em... el fin de semana es mi cumpleaños —Avisa, asiento—. Quería saber si ibas a ir si te invito.

—No somos amigos —Le recuerdo, el chico ríe asintiendo.

—Pero irá Erick —Avisa, me mantengo en silencio y él asiente para sí mismo—. Bueno, si quieres ir, ve de traje negro y un antifaz igual, hazme caso.

—Okay... —Digo, y veo como el chico continua sonriendo y se va hacia el apartamento del nombrado.

Cierro la puerta y me vuelvo a sentar en el sillón, con el teléfono entre manos.

Un recuerdo pasa por mi mente, aquella foto de hace tiempo, la última foto que tuve con el ojiverde hace cinco años.

Busco entre mi galería las fotos de la tarjeta de memoria y comienzo a bajar hacia años atrás.

Al encontrar la foto una sonrisa aparece en mi rostro, recordando aquel hermoso momento en el cual nos encontrábamos en la cafetería.

—¿Qué es eso? —Cuestiona Linda detrás mío, me giro sorprendido y ella parece realmente alterada—. ¿Me estás engañando?

—No, es una imagen vieja —Digo, Linda me mira mal.

—¿Ese es Erick? —Cuestiona, asiento levemente y ella bufa—. ¿Fue algo tuyo?

—Yo... sí —Respondo, Linda me mira mal.

—¿Me amas, cierto? —Cuestiona, me mantengo en silencio—. ¿Que sea nuestro vecino no afecta lo nuestro, cierto?

—Yo... lo siento, no —Suelto, agachando la mirada.

Y el caos comienza.

Linda se mantiene en silencio viéndome encaminarme a la terraza, ya que me siento encerrado aquí, es como si todo el oxígeno se hubiera esfumado.

—¡Eres un idiota! —Me grita, me giro y siento su mano impactar contra mi mejilla.

—Lo siento, ¿sí? —Respondo, sintiéndome verdaderamente derrotado.

Noto que los ojos de Linda se encuentran cristalizados, sin embargo no dice absolutamente nada.

La veo encaminarse hacia la silla en donde había dejado su cartera y a penas la agarra, tira la misma, realmente furiosa.

—¡Me importa una mierda! —Grita furiosa, y al ver la silla en el suelo el medio comenzó a crecer en mí.

—¡No te amo! —Suelto.

Gran error.

Linda observa el vaso de cristal en la mesa y lo agarra, en cuestión de segundos el mismo se encuentra siendo dirigido hacia mí.