Mi Vecino || Joerick

08

Erick

Joel sabe lo que causa en mí.

El chico nunca duda en hacer algún halago hacia mí, y se ríe cada vez que me sonrojo.

¿Está disfrutando la situación?

Además de ello, recalca siempre que soy su acosador, pero no de una manera mala, es como si aquello le agradara.

Eso de cierta manera me hace sentir bien, ya que no me gustaría que se alejase cuando a penas comenzamos a hablar.

Y... ya que por fin entablamos una conversación, me siento verdaderamente estúpido.

Todo este tiempo cree una especie de calle entre nosotros, como si Joel estuviera del otro lado y fuera realmente inalcanzable, como si al intentar pasarla quedaría realmente destruído.

Pero al recibir una sonrisa del rizado, me di cuenta que todo lo que creía sobre eso era solo una alucinación mía.

Joel es alguien verdaderamente agradable, no solo conmigo, con las personas en general. Por lo cual uno ese hecho con que no se haya enojado conmigo por mirarlo de vez en cuando.

Es solamente amabilidad, ¿no?

Dejo los pensamientos de lado cuando cierro los ojos y una sonrisa se cuela en mi rostro.

Ahora al menos estamos más cerca.

♪

—Erick —Me susurran en el oído, me despierto rápidamente y miro hacia todos lados, Joel me sonríe.

El chico, trae puesta su mochila por lo cual mi mirada va hacia el reloj.

Mierda, llego tarde.

Espera... ¿Por qué Joel está en mi habitación?

El rizado parece notar la confusión en mi rostro, por lo cual con una sonrisa y sus ojos fijos en los míos no demora en responder.

—Tu mamá me dejó pasar, estaba hablando con la mía a cerca de que te llama y no te despiertas —Dice, para luego reír—. No creí que fuera tan fácil, ¿qué más puedo causar en ti, acosador?

Ni siquiera tengo suficiente tiempo para ponerme de pie porque la cercanía que Joel crea al decir aquello me deja completamente helado.

El chico vuelve a reír tal cual como la noche anterior y se aleja.

—Estás llegando tarde —Recuerda, me levanto y comienzo a buscar la vestimenta para cambiarme.

—Tú también, preferiste venir a despertarme en vez de irte más temprano —Le recuerdo, veo como se encoje de hombros como si no le importara.

—Tengo buenas notas —Avisa, y luego me sonríe—. Una llegada tarde no me hará cambio alguno.

Termino de recojer mi vestimenta y me encamino al baño, Joel me observa atento y luego bufa.

—Oh rayos, y yo que pensaba que te cambiarías enfrente de mí —Dice, río y niego con la cabeza.

—En tus sueños, Pimentel —Es lo último que digo antes de cerrar la puerta del baño y quedarme allí.