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Joel

Richard tenía como meta ponerme celoso, y de cierta manera lo logró.

El moreno hizo centenas de bromas por aquello, de todas formas me reí en algunas.

Erick es muy lindo.

El beso que me dio el ojiverde en la mejilla me provocó ardor en las mismas, no me lo esperaba, sin embargo, sentí una electricidad recorrer todo mi cuerpo y una infinita felicidad por ello.

—Te quiero —Escucho que dice a penas le regreso aquel beso.

—Y yo a tí, ojitos —Respondo con una sonrisa.

Nos separamos después de caminar un poco por el parque y decidimos jugar a otro juego, esta vez es Erick quien participa.

El ojiverde simplemente debe girar una ruleta, la cual tiene varios números correspondientes a los premios.

Al girarla termina en el número 4, Erick observa entre los premios y sonríe agarrando un book de dibujo.

Al tendérmelo alzo el ceño y él sonríe.

—Para que dibujes —Dice, río y lo acepto con una sonrisa.

—Muchas gracias —Respondo.

Erick asiente al instante y noto cerca nuestro un carrito de helados.

—¿Quieres uno? —Erick asiente y busca entre sus bolsillos—. Oh no, pago yo.

—No se vale, pagaste mi café de hoy —Dice, río.

—Fue un regalo de la casa —Bromeo—. Además yo quiero pagar.

Erick termina resignádose y aceptando, por lo cual con una sonrisa camino hacia el vendedor.

—Hola, podría darme dos helados de fresa, por favor —Pido, el hombre asiente al instante.

Al tener ambos helados y pagarlos, el vendedor continua y se va con el carrito.

Le tiendo su helado al ojiverde y el mismo lo acepta sonriendo.

—¿Nos podemos sentar en una de las bancas? —Cuestiona, asiento.

—Claro.

Al hacerlo, el ojiverde simplemente se dispone a prestarle completa atención a su helado, yo también lo hago, aunque cada tanto mi mirada cae en él.

—Me gustan tus ojos —Le recuerdo, Erick ríe.

—Ya me lo dijiste —Acusa, asiento haciendo puchero.

—Era por si se te olvidaba —Le recuerdo.

El leve sonrojo en las mejillas de Erick me hace saber que le gusta que lo halague, y a mí me gusta hacerlo.

Podría pasar horas y horas haciéndole saber lo bonito que es.

—Y dime, otaku, ¿Te bañaste para venir? —Cuestiono, Erick ríe golpeando mi brazo levemente.

—Obviamente, Joey, ¿por quién me tomas? —Pregunta, lo miro recalcando lo obvio y ríe—. Bueno, puede ser que a veces no me bañe, pero para las salidas siempre lo hago.

—Uy, gracias por matar mis esperanzas de sentirme especial —Digo haciendo una mueca de dolor, Erick ríe.

—Pero sí lo eres —Acusa—. Al menos para mí.

Me mantengo viéndolo, sin embargo él no me observa, presta toda su atención visual en lo que queda de su helado.

Sus labios se ven tan rosados que me llaman completamente la atención.

Mi Vecino || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora