Al día siguiente, Dom se despertó algo tarde, y todo fue gracias a su maldito teléfono que no paraba de sonar.
Lo observó por un momento, se sorprendió al ver quién era.
- ¿Hola?
- ¿Por qué no estás en la oficina trabajando como debe ser?
- Pensé que ayer usted me había despedido, ¿no?
- Trae tu maldito trasero aquí, no voy a dejar que renuncies.
- Pero usted...
- Maldita sea, Cooper, ven ahora mismo.El estúpido había colgado. Dominic estaba decidido a no ir, pero se arrepintió, no iba a perder la cabeza con ese idiota.
Se duchó tranquilamente, luego se puso unos pantalones de cuadros azules, unas converse negras, una polera negra de mangas cortas, junto a una boina negra que le quedaba perfecta junto a su pelo algo largo.
Le dió de comer a su gato y salió del departamento, llevando la carta de renuncia, junto a un libro y su celular en su mochila. Pediría un café en la cafetería que queda al lado de su edificio.
Una vez listo y con su café en mano, tomó el metro en dirección al que ahora sería su antiguo trabajo.
Cuando había llegado, no alcanzó a dar un paso que Karla, la recepcionista de la empresa, salió corriendo en su búsqueda.
- Dios, Dom, ¿dónde te habías metido?, el señor Parker está hecho un demonio.
- ¿Es eso una novedad?
- Dominic, esto no es gracioso, dijo que le avisara cuando llegaras aquí, quiere verte urgentemente.
- Karla, no le digas que estoy aquí, simplemente di que no me has visto. Además, esta será la última vez que nos veamos.
- ¿De qué hablas, Dom?
- Vengo a dejar mi renuncia y me iré de aquí. - dijo el chico algo emocionado.
- Oh no, te extrañaré muchísimo.
- Yo también. - la abrazó. - Ahora vuelve al trabajo si no quieres que el demonio te despida. - rió.El chico se dirigió al ascensor hasta el último piso, donde quedaba su ex oficina y la de Jackson.
Llegó al último piso y lo que vió no fue nada agradable. Parker estaba gritándole a todo el mundo.
- ¡Malditos inservibles!, ¡No pueden hacer nada bien!, ¡hagan bien su trabajo, les estoy pagando para eso!
- Tal vez, debería de gritarles menos y hacerles saber que están haciendo un buen esfuerzo. - dijo el chico.Jackson lo observó algo sorprendido, miró su ropa y por un momento, Dominic se sintió incómodo. Prácticamente le estaba comiendo con la mirada. El resto estaba mirando desde el chico hacia su jefe.
- ¿Qué miran, estúpidos?, ¡¿no entendieron nada?!, ¡Y tú, a mi oficina!
- Señor Parker...
- ¡Ahora!El chico rodó los ojos y caminó hacia él, pasó por su lado y se dirigió a su oficina. El mayor cerró la puerta de un golpe fuerte y miró a Dom.
- No puede tratar así a sus empleados.
- Los trato como yo quiera, Cooper.
- Bueno, lo que haga o no con sus trabajadores, ya no será asunto mío.
- ¿Qué estás diciendo?El chico abrió su mochila y dejó una carpeta en el escritorio del hombre.
- ¿Qué es eso?
- Mi renuncia... Parker.
- ¿Te atreves a hacer y decir eso?
- Sí.El mayor tomó la carpeta y la rompió en dos. El chico solo observó la escena algo incómodo pero con altanería.
- Creo que la renuncia ya no existe.
- Me da lo mismo, ya renuncié.Jackson se acercó peligrosamente al menor, mientras que este retrocedía hasta pegarse a la puerta.
- No puedes renunciar. - susurró en su oído.
- Ya lo hice.
- ¿Por qué no entiendes que te necesito?
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grinning soul
Teen FictionDominic Cooper es solo un joven con una vida dura. Jackson Parker es un demonio, pero muy dentro, solo hace lo que piensa que es mejor. Lucifer con piel de oveja y solo un demonio se verán envueltos en una situación irremediable.