Capítulo II - finally

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Al día siguiente, Dom se despertó algo tarde, y todo fue gracias a su maldito teléfono que no paraba de sonar.

Lo observó por un momento, se sorprendió al ver quién era.

- ¿Hola?
- ¿Por qué no estás en la oficina trabajando como debe ser?
- Pensé que ayer usted me había despedido, ¿no?
- Trae tu maldito trasero aquí, no voy a dejar que renuncies.
- Pero usted...
- Maldita sea, Cooper, ven ahora mismo.

El estúpido había colgado. Dominic estaba decidido a no ir, pero se arrepintió, no iba a perder la cabeza con ese idiota.

Se duchó tranquilamente, luego se puso unos pantalones de cuadros azules, unas converse negras, una polera negra de mangas cortas, junto a una boina negra que le quedaba perfecta junto a su pelo algo largo.

Le dió de comer a su gato y salió del departamento, llevando la carta de renuncia, junto a un libro y su celular en su mochila. Pediría un café en la cafetería que queda al lado de su edificio.

Una vez listo y con su café en mano, tomó el metro en dirección al que ahora sería su antiguo trabajo.

Cuando había llegado, no alcanzó a dar un paso que Karla, la recepcionista de la empresa, salió corriendo en su búsqueda.

- Dios, Dom, ¿dónde te habías metido?, el señor Parker está hecho un demonio.
- ¿Es eso una novedad?
- Dominic, esto no es gracioso, dijo que le avisara cuando llegaras aquí, quiere verte urgentemente.
- Karla, no le digas que estoy aquí, simplemente di que no me has visto. Además, esta será la última vez que nos veamos.
- ¿De qué hablas, Dom?
- Vengo a dejar mi renuncia y me iré de aquí. - dijo el chico algo emocionado.
- Oh no, te extrañaré muchísimo.
- Yo también. - la abrazó. - Ahora vuelve al trabajo si no quieres que el demonio te despida. - rió.

El chico se dirigió al ascensor hasta el último piso, donde quedaba su ex oficina y la de Jackson.

Llegó al último piso y lo que vió no fue nada agradable. Parker estaba gritándole a todo el mundo.

- ¡Malditos inservibles!, ¡No pueden hacer nada bien!, ¡hagan bien su trabajo, les estoy pagando para eso!
- Tal vez, debería de gritarles menos y hacerles saber que están haciendo un buen esfuerzo. - dijo el chico.

Jackson lo observó algo sorprendido, miró su ropa y por un momento, Dominic se sintió incómodo. Prácticamente le estaba comiendo con la mirada. El resto estaba mirando desde el chico hacia su jefe.

- ¿Qué miran, estúpidos?, ¡¿no entendieron nada?!, ¡Y tú, a mi oficina!
- Señor Parker...
- ¡Ahora!

El chico rodó los ojos y caminó hacia él, pasó por su lado y se dirigió a su oficina. El mayor cerró la puerta de un golpe fuerte y miró a Dom.

- No puede tratar así a sus empleados.
- Los trato como yo quiera, Cooper.
- Bueno, lo que haga o no con sus trabajadores, ya no será asunto mío.
- ¿Qué estás diciendo?

El chico abrió su mochila y dejó una carpeta en el escritorio del hombre.

- ¿Qué es eso?
- Mi renuncia... Parker.
- ¿Te atreves a hacer y decir eso?
- Sí.

El mayor tomó la carpeta y la rompió en dos. El chico solo observó la escena algo incómodo pero con altanería.

- Creo que la renuncia ya no existe.
- Me da lo mismo, ya renuncié.

Jackson se acercó peligrosamente al menor, mientras que este retrocedía hasta pegarse a la puerta.

- No puedes renunciar. - susurró en su oído.
- Ya lo hice.
- ¿Por qué no entiendes que te necesito?

grinning soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora