grinning soul

Capítulo XIV - snakeskin.

El chico volvió a tomar firmemente la metralleta entre sus manos. Alejó cualquier recuerdo malo que tenía, se recordaba que era otra persona.

- Estás bastante cambiado, querido Alex, ¿o debo llamarte Allie? - dijo en modo despreciativo.
- Cállate.
- ¿Cómo prefieres que te llame?, o mejor aún... - la rata se iba acercando. - ¿Quieres saber cómo fue que te encontré?
- No me interesa en lo absoluto.
- Deberías. ¡Traigan al imbécil!

Cuatro hombres salieron de la nada arrastrando a un chico. Tenía el presentimiento de saber quién era, pero... ¿podría ser?

- Destapen su rostro.

Uno de los gorilas sacó la bolsa que tenía en la cabeza el chico. Tenía la cara algo desfigurada por los golpes, pero sabía quién era a la perfección.

- ¿Mike?
- Lo siento, amor. Me obligaron.

El menor gritó con todas sus fuerzas y empezó a disparar a los gorilas, pero estos tenían chalecos antibalas debajo. Estos se levantaron inmediatamente y sacaron sus pistolas.

- Bajenla chicos. ¿Quieres saber cuántos más hay acá?

Hizo un chasquido y aparecieron entre 15 y 20 hombres, todos cubiertos con pasamontañas.

- Ellos son tu otra amenaza.
- Mike, ¿estos son...
- Sí, Allie, lo siento.
- Este no es Alexander, es una niña. - dijo un tipo.
- Alexander es un chico, y vestía ropa bastante varonil, ¿quién es esta niña? - dijo otro.
- ¡¿Quieren saber que tan hombre soy?!

El chico observó disimuladamente detrás de uno de los tipos y se encontró con las miradas de Philip y Jackson. El menor guiñó hacia ambos y volvió a observar hacia las personas.

- Vamos, ¿quieren saber?

De su mano, apretó un interruptor haciendo explotar el auto de Philip. La mayoría de ellos se dió vuelta y con esa distracción, el chico comenzó a disparar hacia las cabezas de los hombres, matándolos inmediatamente.

Sus cabezas estallaban una por una, mientras los que seguían vivos corrían hacia él.

- ¡Ahora! - gritó el menor.

El primero en disparar fue Jackson con la pistola de bengala, apuntando hacia los pies, al menor ya no le quedaban municiones en la metralleta, así que la arrojó al suelo y sacó sus espadas. Corrió en dirección de los hombres mientras gritaba.

Philip tenía ambas manos ocupadas disparando hacia cualquiera que se le cruzara. Todos caían pero se volvían a levantar.

- ¡A la cabeza y a los pies, Phil!

El hombre acató sus órdenes y empezó a disparar a la cabeza. Dominic lo acompañaba detrás de su espalda, ambos peleaban por una sola razón. La vida de su ángel.

El chico esquivaba los golpes, mientras se agachaba y movía las espadas como si fueran parte de sus brazos. Cortaba tendones y a dos personas les atravesó el cuerpo. Su cara estaba cubierta de sangre.

- Solo quedan tres. - dijo.
- No tan rápido, querido. - Al decir esto, de los árboles salieron diez más.
- ¿Es enserio? - gritó Jackson.

El viejo reía a carcajadas, disfrutaba el show, claro que él no había predicho lo que ocurriría. El chico corrió en dirección hacia el hombre y éste en su apuro, mató de un disparo a Michael.

El chico quedó estático unos segundos y gritó para seguir corriendo hacia su dirección. El hombre se encontró en apuros y empezó a disparar hacia todos lados, mientras que el chico esquivaba cada una de las balas.

- ¡Mataste a Mike!

El chico saltó sobre una roca y enterró la espada en el cuerpo de Doddy. Este tenía la vista fija en hacia la gente que peleaba.

- Mi nombre es Dominic Cooper, ¡nos vemos en el infierno, mierda de rata!

El chico sacó la espada mientras la sangre le saltaba en todo el cuerpo. Fue en dirección hacia el cuerpo de Mike que yacía en el pasto con los ojos abiertos.

- Lo siento tanto, Mikey. - le dijo mientras cerraba los ojos al cadáver.

Una vez se levantó, vió que la batalla campal había terminado.

- ¡Lo hicimos, bebé! - gritó Philip.

El menor corrió hacia sus brazos y se abalanzó sobre él, por fin era libre, podía hacer lo que quisiera. El menor observó por un momento los ojos del hombre mayor, sus hermosos ojos verdes, pero antes de poder besarlo, dos disparos sonaron en dirección hacia él y a Philip.

Ambos abrieron los ojos, mientras el cuerpo de Philip se desplomaba en sus brazos. Cayó al suelo y el chico le empezó a tocar el rostro.

- Philip, Philip, levántate, no bromees con esto.
- Mi amor...
- Philip, vamos, no me hagas esto.
- Te amo, y... - el mayor comenzó a brotar sangre de su boca. - Sabes que siempre lo haré.
- Levántate. - dijo Jackson serio.

El chico observó la pistola en su mano. Fue él.

- ¿Qué hiciste?
- Al contrario, ¿qué me hiciste hacer?
- Eres un maldito. - Recogió la espada que tenía a su lado y se levantó de un golpe.

Jackson observó a Philip en el suelo, quien todavía no moría.

- Déjalo... en paz.
Parker levantó su pistola en dirección del chico. - Termínalo.

El chico incrédulo lo observó.

- ¡No voy a hacerlo, lo amo!
- ¡Tú me amas a mí!
- ¡Tú nunca podrás amar a nadie!

El mayor estaba perdiendo la paciencia.
- Toma el arma y mátalo.
- No puedo hacerlo. - dijo alejándose del mayor. - He hecho mucho por tí, pero no puedo hacerlo. Es el hombre que realmente amo.
- Dominic, no...
- ¡No me importa!, ¡ahora somos unos extraños! - recalcó. - Ya perdí la paciencia.
- Entonces, será mejor que te vayas preparando para ir a la cárcel.

El chico cayó su espada y bajó para volver a recogerla, pero hubo un cambio de planes.

El sonido de cuatro disparos sonó en todo el lugar.

Jackson lo observaba incrédulo, con los ojos muy abiertos. Su cuerpo caía inerte al suelo.

- Lo siento, Jackson, solo fuiste de gran ayuda para mí.
- Dom... ¿qué... hiciste?
El chico volvió hacia Philip mirándolo y llorando.
- Mi amor, lo siento, tenía que hacerlo.
- Quiero... que escapes.
- No, no puedo dejarte aquí.
- Sé libre, bebé, por mí.

El chico lloraba como nunca antes lo había hecho. Juntó sus manos, aún con sangre con las del mayor.

- Prométeme... que volverás a... rehacer tu vida.
- No...
- Promételo. - los ojos del mayor se iban cerrando. - Por mí.

El chico comenzó a llorar más fuerte aún. Un relámpago en el cielo hizo que la lluvia apareciera ante él junto a dos cadáveres de los hombres que una vez amó.

- Lo prometo, Phil.