HONOR, DEBER Y AMOR

TENIENTE LOWELL

Scott

- Capitán teniente Lowell presentándose en la base de recuclamiento militar de los Estados Unidos mí Comandante General.

- Descanse teniente. Hace cuanto llegaron.

- hace treinta cinco minutos mí Comandante.

- bien, sabes porque los eh mandado a llamar verdad. Cuántos han venido de tu tropa para quedarse.

- eh sido asignado como instructor para la tropa bravo, que será enviada dentro de seis meses a su destino comandante, y hemos venido solo tres para quedarnos.

- afirmativo teniente, esa es su misión tiene algo en que negarse. Puede hablar con soltura, luego del tiempo que tiene en territorio enemigo y con la cantidad de operaciones exitosas que tuvo, creo que lo mínimo que puedo hacer es escuchar su opinión.

- con todo respeto Comandante estoy en desacuerdo, es totalmente una locura, estan perdiendo el tiempo removiendome de mí puesto para volver a ocupar el puesto de instructor. Pero como mis opiniones son irrelevantes para el estado, estoy para cumplir órdenes de la mejor manera confío en que es lo mejor para todos.

- así es teniente, es lo mejor para todos y lo hemos traído precisamente por qué es uno de nuestros mejores hombres y confiamos en que puedan instruir desde el área operativa al equipo bravo. Usted se está llevando los mejores hombres al campo de batalla tienen todo lo necesario para realizar cualquier operación, solo necesitan a alguien que pueda orientarlos en esos momentos.

- comprendido mí Comandante será un honor preparar militares para defender nuestra Patria.

- eso quería escuchar muchacho sabes que tu padre estaría orgulloso de ti.

- losé señor muchas gracias.

- antes que me olvidé, hemos reclutado a cinco profesionales nuevos, dos medicos y tres ingenieros nucleares serán enviado a medio oriente en seis meses junto al equipo bravo, necesito que se entrenen con las más altas exigencias, no quiero que pidan la baja al instante de poner un pie en su destino.

- de que fuerza provienen comandante, necesito saber si tienen idea de adónde se están metiendo.

- son recién sacados del horno teniente en su oficina están los informes, necesitamos gente leales a su bandera y con buenas referencias, y si solos vinieron hasta aquí es porque lo son. Confío en usted. Puede retirarse hablaremos mañana a las mil ochocientas para el reporte diario.

- comprendido mí Comandante. Con su permiso.

Acabamos de llegar a territorio Américano después de haber estado los últimos dos años en nuestra base militar ubicado en las cercanías de la antigua ciudad de Bagram, al sureste de Charikar, provincia de Parwān, Afganistán.

Hace tres día atrás había sido notificado de mí nuevo destino, al principio solo enfureci, cualquiera diría que estoy loco por no querer volver pero la verdad era muy distinta, no tenía razón por la cual volver, me sentía mucho más útil sirviendo a mí tropa en ese continente tan lejano que volviendo a los Estados Unidos. Mí madre había fallecido cuando tenía trece y mí padre murió hace tres años atrás, no tenía hermanos ni familiares cercanos. Ese era mí motivo.

Habíamos perdido tanta gente en nuestra tropa y cada una se sentía como si fuera la primera.

Pasábamos los días como si fuera el último, no sabíamos si al otro día en algún recorrido de rutina podríamos ser emboscados por algunos guerrilleros o pisariamos algún detonador escondido en medio del camino, había perdido a seis camaradas en estos últimos veinticuatro meses.
Amigos casi hermanos, cada noche al dormir mí mente proyectaba cada una de esas muertes.