Smith

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Scott

Jamás había pasado por algo tan bizarro, que el alambre estaba oxidado... Por Dios era algo insólito, deseaba reirme con tanta fuerza pero me contuve solo para evitar que la única mujer de mí tropa me vea como un imbesil.
No era mí culpa que aún no hallan cambiado esos viejos alambres pero no por eso iba a suspender el entrenamiento, peor sería una bala en el pecho.

Al terminar el entrenamiento y el castigo que debieron cumplir Rousseff y Maddox me fui directo a mí cuarto a bañarme y alistarme para cenar. Moría de hambre pero no podía dejar pasar por alto ese capricho del alambre, y como lo dije antes el error de uno lo pagarian todos así lo demostré.

Mí móvil sonó y respondí al cuarto tono.

- deben estar demasiado tiempo sin hacer nada ya que llamas cada tres horas perra.

- extraño demasiado a mí mujer acaso no puedo llamarla en mí tiempo libre, o a caso me estás engañando con Spirt.

- tiene sus atributos pero no te cambiaria mí cielo, que necesitas?

- saber de mí hermana, espero que no te este causando muchos problemas.

- es demasiado gracioso ver a un médico quejándose porque el alambre de púas está oxidado.

- pero que mierda estás de broma. Dime qué ah pasado ese jodido alambre.

- que quieres oír, solo te diré que con su pareja tuvieron que correr el doble que los demás y que saldrán de aquí con un perfecto abdomen marcado. Pero si paso el jodido alambre oxidado.

- será un dolor de cabeza Lowell pero necesito que te olvides que es mí hermana, no seas blando con ella. Te aseguro que solo demuestra el cincuenta por ciento de lo que en verdad puede.

- claro que lo haré. Oye como está todo por ahí?

- acaba de salir de patrulla una unidad antibombas, rastrearon tierra removida a unos diez kilómetros y creen que han dinamitado la ruta que lleva a la ciudad.

- atraparon a los mal nacidos que mataron a Cameron.

- no ha quedado ninguno, James les arrojo una granada y el edificio quedó en ruinas bueno ya estaba así, solo que ahora se desplomó por completo.
Sus restos llegarán mañana si puedes ir al funeral también haslo en parte mía.

- hablaré con el comandante para que autoricen. Marck cuídate hermano debo colgar.

- lo haré, luego te llamo.

Cameron era un oficial que conocimos en el traslado a medio oriente. Era tan solo un año mayor que yo y tenía dos preciosos hijos menores de cinco años.
Cada vez que podía nos recalcaba que está era su última misión y pediría la baja para ir a trabajar con su padre en el taller de autos que tenían en Texas.

Marck quería hacer lo mismo retirarse y dedicarse a cualquier cosa, poder casarse con una joven que había conocido hace poco más de un año perteneciente a los marines, pero yo no, no me importaba estar allí ellos eran mí familia y no me importaba dar la vida por cualquiera de mis camaradas.

Al salir de la habitación de camino al comedor choque con maddox, la cual hizo como si no me hubiera visto y aceleró su paso. Era gracioso ver una mujer tan pequeña con semejante carácter.

- oíga cadete detengase- le dije solo para molestarla- cuando se cruce a un superior deberá dar el saludo uno, se lo digo para que no tenga problemas con ningún superior que no sea yo.

Se giro para encararme y yo me puse a escasos metros de ella olía demasiado bien, creeria que era algo frutal no losé pero era muy dulce y resfrescante a la vez.

HONOR, DEBER Y AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora