celos modo Lowell

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Scott

Ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había vivido esa situación. Pero era la primera vez que todo había salido bien y no perdíamos a nadie, no existen cursos para aprender a calmar el miedo o las ansias. Solo intentas ayudar y proteger a quien lo necesita y no tener con que hacerlo era algo que superaba todo y te bañaba de impotencia.
Comprendía a Maddox, conocía sus arranques moralista y éticos como también la falta de filtro a la hora de hablar.
No era juzgar pero los universitarios formaban sus caracteres tan reveladores, con la igualdad como sello y sin miedo a defender sus derechos que aquí, en estos momentos y en este ámbito le jugaba muy en contra. Ya habían pasado tres días desde el incidente y por suerte todos se recuperaban favorablemente, los que hizo que descomprimiera un poco la situación y tomarán cartas en el asunto con respecto a Maddox y su rica pero suelta lengua que la hizo hablar de más con un sargento.

- lo mandamos a llamar Teniente primero para comunicarle las medidas disciplinarias que se tomarán en cuanto a su médico Teniente.

- si me permite capitán, lo que sucedió aquella noche fue solo el resultado de una estresante jornada que dejo en completo shock a la teniente Maddox y si mal no recuerdo se disculpó a los cuantos minutos.

- entiendo que intente defenderla, como también se que todos pasamos por un mal dia, pero eso no nos autoriza a faltarle el respeto a un superior y menos delante de los subalternos, repito entendemos la situación que tuvo que pasar y junto al sargento coincidimos que más allá de una disculpa debe cumplir con la sanción, para que sirva como ejemplo para el resto del batallón. No está en discusión, haga pasar a la teniente para poder informarle.

Maddox estaba fuera de la oficina y yo debía ser informado primero como líder de tropa, al salir rápidamente se puso de pie, con solo una mirada comprendio que algo no andaba bien. Hacia ya unas horas que había salido de la guardia de sanidad, y ahora se encontraba con su uniforme militar más su pistola reglamentaria.

- debes entrar- fue lo único que dije.
Sin preguntar entro en aquella oficina, escucho la notificación y firmo la sanción. Tres días de arresto militar más un reporte en su expediente.
En verdad estaba sorprendido, Marck y yo habíamos tenido nuestro primer reporte a los dos años de cumplir servicio y esta chica aún no cumplía los diez meses.

No discutió, no se quejo ni volvió a tocar el tema de los aparatos que faltaban en la guardia médica. Entrego su arma y me tendió las manos para que le coloque las esposas y la llave a la sala de detención.
Me sentía como la mismísima mierda, le había asegurado que no pasaría nada y ahora estábamos en esta situación.

- lo siento Maddox, esto es una total mierda, no creí que harían algo al respecto. Lo siento de verdad

- no es tu culpa fui yo quien le gritó a un sargento. Si es lo que merezco estoy conforme. Al menos podré dormir y reponerme un poco.

De todas formas me sentía un idiota.
Al llegar al lugar pude sentir un nudo en el estómago, no es que fuese a quedarse aquí durante años o que la golpearan o pasará por cosas espantosas. Pero joder estaba aquí injustamente aún cuando le salvó la vida a más de una persona, ellos aún seguían necesitando de sus cuidados.

-no tendrás contacto con nadie en tres días, aprovecha para calmarte y descansar. Debo irme, salimos a patrullar en media hora y debo preparar mí equipo- moría de ganas de besarla pero no podría hacerlo delante del soldado que custodiara esa puerta. La vi entrar y entonces me dirigí a la cuadrilla.
Todos estaban al tanto de lo que pasó y estaban furiosos, aquella chica se había ganado el cariño de sus camaradas y la tenían en un pedestal después de lo que había pasado.

HONOR, DEBER Y AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora