Debilidad

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Scott

Alguna vez sintieron que su pecho no era lo suficientemente grande para resguardar su corazón. Bueno así me sentía yo, con el corazón inflado y totalmente descontrolado. Me estaba volviendo un idiota con todas las letras.

Había algo en aquella mujer que me mantenía cautivado. Me gustaba su inteligencia y principalmente su confianza para defender sus ideales. Deseaba con todas mis fuerzas cuidarla, hacerla sonreír y que sea feliz. Demostraba ser fuerte pero en realidad era una hermosa mujer a la que habían lastimado y le costaba confiar en alguien mas.
La entendía juro que lo hacía y no reprochaba, ahora era mí momento de demostrar que podía volver a confiar y que no todos éramos iguales. Porque joder de una vez por todas debían entender toda la población femenina que no todos eramos la misma basura.

Estos últimos días casi no podía acercarme. Los soldados que estaban internados debían ser monitoreados cada cinco minutos ya que serían trasladados a Nueva York y todos debían viajar en condiciones estables por la cantidad de horas que duraba el vuelo.

Mis camaradas notaron que algo sucedía entre nosotros y por suerte habían cesado los comentarios de mierda.
Nadie pregunto nada, tampoco debía dar explicaciones, no con ellos al menos. Aunque si con un imbesil que parecía ser el único que no entendía lo que sucedía. Se estaba ganando a pulso una nueva golpiza.

( Bueno y Marck obviamente necesitaría explicaciones, pero ese era otro tema)

- Teniente Lowell, lo esperan en la sala de juntas- uno de los soldados de la base llamo mí atención. Sabía que algo estaba pasando desde hace dos días todos los jefes estaban en juntas tras juntas, nerviosos y haciendo comer mierda a cualquiera ante la menor falla.

- voy para allá- tomé mí portátil de la cama y salí de la cuadrilla. En el camino me encontré con come mierda Brown quién parecía ir al mismo lado que yo- por fin harás algo, creia que solo estabas aquí para hacer fajina.

- no te creas mucho Bravo, lo que ustedes hicieron, aquí es moneda corriente.

- como digas, solo trata de no acercarte a mí tropa quedó claro.

- a tu tropa o a la doctora, porque de tus hombres no necesito nada puedes estar tranquilo.

No tuve tiempo de contestar ya que habíamos llegado a la sala de juntas y la puerta se abrió.

- vamos tenientes estamos demorados, pasen de una buena vez.

Nos sentamos alrededor de una larga mesa, la cual estaba rodeada de varios jefes y líderes de tropas. Había carpetas por todos lados y el proyector apuntando a la pizarra.

- Bueno señores como deben saber, cada vez que nos reunimos aquí es porque nada bueno les voy a contar. Encienda el proyector- ordena a un subalterno

- este que tenemos en pantalla es Adnan Mohammed.

Es un terrorista islámico que ha desaparecido hace seis meses, es como si la tierra se lo hubiera tragado. Ahora lo más extraño de todo esto es que su grupo sigue haciendo de las suyas sometiendo a pueblos cercanos que no se rigen de las ordenes islamicas o las escrituras del Corán. Hubo miles de familias afectadas y tuvieron que huir de sus hogares. Hasta aquí una breve introducción de quién es este sujeto. Ahora lo que a nosotros nos importa es lo que acaba de pasar hace menos de treinta y seis horas... Un camión lleno de alimentos y agua iba en dirección a una de las localidades que asilan a esos refugiados, iba a cargo de personal de la ONU dónde se encontraban un periodista, una representante de derechos humanos y el chófer con su copiloto.
El camión fue interceptado a cien kilómetros antes de llegar al destino, abran su laptop y recibirán en este momento la ubicación exacta y las imágenes que ah enviado el ejército iraquie- todos recibimos las coordenadas y los archivos de información en cuestión de segundos-
El chófer y el copiloto fueron asesinados en el momento por estos terroristas, se llevaron el camión y tomaron de rehenes al periodista y a la representante.

HONOR, DEBER Y AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora