Así como lo dije antes, Edwar no dejo de insistir. Cada vez que lo cruzaba o sabía algo de el sentía náuseas.
Ya no sabía que hacer con la situación, necesitaba mí espacio. Quería comenzar de nuevo y olvidar todo de una vez por todas.
Había pedido a mí padre que me hiciera el favor de llevarle las pocas cosas que quedaban de mí ex a la casa de sus padres, este se llevó todo pero nunca las dejo, las había donado a un centro de rehabilitación de drogas.No lo culpe, ya que demasiado se había contenido de no darle su merecido las veces que golpeó la puerta de su casa con la intensión de hablar conmigo.Aquí comienza mí problema en dos dias debía comenzar a trabajar en el hospital, donde también trabajaba el.
Estaba muy enojada, pero también estaba triste y no iba a negarlo. Mí corazón estaba destrozado. Y en todo momento mis lágrimas amenazaban con salir.
La puerta de mí antiguo cuarto en casa de mis padres sono y seguidamente se abrió, esa costumbre solo la tenía Marck mí hermano mayor.Salte de la cama como si fuera una niña pequeña y me lancé a sus brazos como en los viejos tiempos.
- Marck, no sabes lo mucho que te eh echado de menos. Pero si vas a golpear la puerta espera a que te diga si puedes pasar idiota.
- losé enana nunca superas mí ausencia soy algo así como tu aire para respirar. Verdad? Y se que te vistes en el baño así que seguiré entrando.
Marck es dos años mayor que yo y también está en el ejército, es teniente de la base militar que se encuentra en medio oriente. Y por lo general solo lo vemos una vez por año si es que tenemos suerte, La situación es muy dura y vivimos con el corazón en la boca, resando día a día porque se encuentre bien.
Normalmente lo hubiera golpeado y echado a reír por su gran ego, pero en ese momento mí silencio fue algo fuera de lo normal. Sin necesidad de decir nada me apretó más contra su cuerpo y beso la sima de mí cabeza.
- siento mucho lo que te hizo ese gran capullo. De verdad no te merecía y sabes que nunca me callo bien, y no quiero que mal intérpretes mis palabras pero es mejor y estoy muy feliz de que te hallas dado cuenta antes de haber llegado más lejos. Siempre fuiste muy inteligente soph, eres el cerebrito de la casa.
- fui una idiota Marck fuero casi siete años idiotizada por un cabron, eso no me hace muy inteligente.
- ven, sientate y escucha- se separó de mí y me guió a mí cama donde ambos nos sentamos frente a frente, casi como lo hacíamos cuando éramos pequeños.- tienes los cojones más grandes del mundo, te enfrentaste a nuestros padres siendo una mocosa por seguir tus sueños, mandaste a la mierda la universidad de derecho, poniéndote en contra de nuestra madre. Aguantaste su indiferencia por dos meses enteros. Y ni hablar del dolor de culo que le diste a nuestro padre cuando no quisiste seguir nuestros pasos. Eres apasionada soph y no eres culpable por amar y entregarte por completo. Tu sabes cómo ese jodido idiota debe de estar lamentándose de haberte perdido.
- ni me lo menciones, estoy luchando contra papá para que no lo golpee cada vez que viene a pedir perdón.
- la próxima vez lo recibiré yo y haré que bese el puto piso donde caminas. Pateare tanto sus bolas que terminara escupiendolas por la boca. Es un lame culos bueno para nada. Solo dejamelo a mí.
- sigues siendo un mal hablado, acaso el jodido ejército no te enseña a hablar bien- lo golpeó en el brazo fuertemente y finge un dolor insoportable.
- a ti no te enseñaron en esa universidad de pijos que debes aliviar el dolor no provocarlo.
Y así es como mí día se alegra y puedo ver un poco de luz al final del túnel, mí hermano siempre fue ese sostén para mí, y quien pueda tener un hermano como el mío solo sabrá a que me refiero. Ahí sentado en mí cama con la gorra del ejército para atrás y aún con su uniforme lo sigo viendo como mí celoso y sobreprotector hermano mayor. Cómo si casi una década no hubiera existido.
- ustedes dos piensan bajar a comer, hijo ni siquiera te has cambiado, ve a darte una ducha ahora mismo tienes solo diez minutos entendiste- hay cosas que no cambian más!
- mamá ya estoy grande deja de tratarme como un crío
- diez minutos Marck, tu padre está echo una furia de tanto hambre.
- ok solo dame tres minutos y bajaré.
Y no mintio, tampoco me sorprendió, ya que según el es lo que tarda en bañarse cuando está en la base. El agua vale oro así que tomo esos hábitos sin ningún tipo de problemas.
A la hora de cenar todos estábamos presente, me sentía más incómoda que de costumbre, mis padres me sacaban conversación de cualquier cosa y mí hermano me miraba suplicandome que no explotará de mala manera. Me gustaba la forma en que se preocupaban por mí, pero eso solo me hacia recordar el porque me encontraba ahí y eso apestaba.
- solo estaré por dos días madre, tengo que volver cuanto antes solo eh venido a entregar unos documentos y presentar una lista de lo que se está necesitando en la seccion logística.
-quien está a cargo de la base, quizás tu padre podría hacer un llamado y pedir que te quedes una semana más, hace diez meses que te fuiste hijo.
-Isabella, las cosas no se manejan asi, el deber es el deber y así necesitan que el esté ahí cuanto antes así tiene que ser. No es el único en esa situación y tu mejor que nadie lo debería saber ya que yo pasé por lo mismo.
Todos sabíamos que así era, ya que la mayor parte de nuestra infancia la pasamos solo con mamá.
Y mí padre no utilizaría sus influencias para nuestro beneficio, eso está más que claro pero mí madre aún no superaba que su bebé estuviera tan lejos.Al terminar de cenar mí padre y hermano se encerraron en el despacho a hablar. Sabía que algo no estaba bien, la cara de preocupación de Marck era casi inconfundible.
Cuando por fin salieron yo estaba sentada en las escaleras del patio trasero. Necesitaba pensar estar sola y tomar coraje para continuar.- creí que te habías ido a dormir pequeña
- papá voy a jubilarme y aún así me llamaras pequeña? - pregunté entre divertida y agotada.
- siempre serás mí pequeña, aunque de vez en cuando quiera azotarte por lo testaruda que eres eso no cambiará.
- dime la verdad papá por qué Marck está aquí?
- ya lo oíste, vino a dejar documentos.
-papa que está pasando, creo que tengo el derecho de saberlo como cualquier ciudadana de este país, porfavor no me mientas
- él vino a dejar a parte de su pelotón, mucha gente fue reasignada para poder encargarse de la nueva sección de reclutamiento.
Están enviando a cinco mil soldados de distintas ramas para Otan.- eso quiere decir que todo está peor que antes, no es así?
- ay hija que quiere que te diga, todo esto tiene color a infinito. Nuestra Patria necesita de sus mejores héroes, solo así terminara, estos es una cuestión de honor.
Algo en sus palabras detonaron fuertemente en mí, y claramente entendí lo que debía hacer de ahora en más. Necesitaba esto y no había marcha atras
- quiero entrar papá, se que te parecerá una locura pero quiero entrar y ayudar desde mí profesion.
- esto no es un juego hija, mucha gente muere por esta guerra, piensa con la cabeza fría. Lo que estás diciendo lo dice solo por lo que está sucediendo con edward y quieres huir.
- esto no es por él, es por mí, es por mí hermano y por todos esos soldados que pierden su vida por este país, tu quisiste que ingresará hace años, nosé cual es el problema ahora.
- es que es la primera vez que siento este miedo de perder a mí hijo, y que tu también te vallas y te pase algo no lo podría superar.
- nada me pasara, te lo juro. Hablaré con Marck necesito saber de qué va todo esto y enlistarme cuanto antes.
Me pongo de pie y le doy un beso rápido en la cabeza a mí padre para luego salir en busca de mí hermano.
ESTÁS LEYENDO
HONOR, DEBER Y AMOR
Storie d'amoreSophie Maddox una joven doctora recién graduada de la Universidad de Harvard. inicia su carrera profesional creyendo tener su vida asegurada, con un alto puesto en el mejor hospital de la ciudad de Boston, una hipoteca y una boda a tan solo meses...