-¿Steven?- el cuarto albergaba silencio y escasa iluminación, la gema de corazón se sintió en necesidad de comenzar la plática.
-¿Qué pasa?- era obvio que el enojo aún no se dispersaba.
-Realmente me gustaría preguntar ¿Qué fue todo eso? Nunca les había visto discutir-
Spinel sabía que el humano-gema poseía una relación súper afectiva con esas otras gemas, era como una cálida familia, jamás les llego a ver disgustos como el que acaba de presenciar. Hasta había olvidado su pleito personal.
-Estoy harto de que me atosiguen, ya no soy un niño- se sentó en el colchón ajeno.- Apenas llegué y ya empiezan a molestar. Es mi vida, yo sé lo que hago-
-Steven- se sentó a su lado.- Creo que estás siendo muy duro con ellas-
El joven estaba a punto de reclamar. Spinel le abrazó sin estirar más de lo debido. Como un calmante, sus quejas cesaron, su rostro halló paz.
-Tu actuar no es el de siempre, no eres de gritar, y menos a ellas. Tú mismo me has hablado de cómo son lo más cercano a una madre-
Era cierto, sus propias convicciones se estaban estancado por un comportamiento anormal en él.
-Tienes razón, no debí gritar así- la culpa empezaba a aplastarlo.
-Les debes una disculpa- el de rizos solo arrugó la cara.- No me hagas llevarte a la fuerza, sabes que soy capaz-
-No quiero volver allá- la gema le separó de si para mirarle con desaprobación.- Aún...-
-Las vas a preocupar más, no seas tonto-
-Déjame quedarme- suplicó con falsa ternura.
-No- fue firme.
-Déjame quedarme, solo la noche, después me disculparé con las chicas- la tomó por los hombros y trató nuevamente de persuadirle.
-Steven Universe, mueve tu tr-- fue interrumpida por unos labios que se estamparon contra los suyos, rápidamente estos se movieron con agilidad.- ¡Steven!- le estaba sujetando de la cintura, aproximaba su cuerpo con fuerza. No paró ante las protestas de la magenta, siguió con el beso en intento de hacer que su compañera cediera. La sentó encima suyo.
Sus alientos chocaban violentamente, el forcejeó estaba a punto de terminar. El de tez clara ya no solo jugaba con sus labios, poco a poco acariciaba con la lengua el borde de estos. Fueron mínimas las veces que habían llegado a ese nivel, dónde su temperatura se elevaba más de lo debido, una corriente eléctrica les recorría todo el cuerpo. Las manos del chico bajaban en el trayecto, acariciaba sus caderas con lentitud y delicadeza. Ya se encontraban atados en un beso profundo.
La estimulación empezaba a despertar su deseo hacia el otro, no pudo seguir luchando por entrar en razón. Sus manos también comenzaron a recorrer aquel torso. Quería sentirlo más cerca, quería poder tocar la piel desnuda del otro, sus manos se introducían debajo de la playera, no entendía que le provocaba hacer eso, quizá la necesidad de tener sus manos ocupadas sin saber en que emplearlas. Lo que sí, es que no se podía mantener quieta, además, no se le ocurría que más hacer.
Steven por su parte, ya no soportaba el calor con aquella sudadera bastante abrigadora, se la quitó sin poner mucha pausa a su reiterado acto. Estaba desesperado por intentar algo nuevo, la situación se había calentado más de la cuenta. Las caricias sobre su persona le estaban impacientando, le apetecía poder palpar más allá de la rutina. Nuevamente, la ruta de sus dedos fue descendiendo, llegando más allá de lo permitido. Spinel notó las manos invasoras sobre la parte trasera, soltó un quejido cuando estas apretaron con un poco de rudeza, la temperatura en su sistema incrementó de golpe junto con la vergüenza.
-¿Q-qué haces?- la agitación era evidente en ambos.
-Spinel- el tono de su voz le provocó un escalofrío repentino ¿Fue su noción o era más grave que de costumbre?
-Steven...- el suyo por otro lado, era débil y temeroso.
-Quiero tocarte- declaró.
-Lo estas haciendo- reía nerviosa.
-No- rodeó su cintura. Se pegó a su mejilla, no despegó su tacto hasta alcanzar la oreja.- Quiero tocarte como tú lo haces- susurró.
Sus mejillas se colorearon intensamente. Claro que entendía a qué se refería, ya que, Steven normalmente no podía tocarle de manera más íntima debido a la extraña naturaleza de sus prendas, era como si estuvieran pegadas a su cuerpo.
-N-no se que debería hacer- desvío la mirada.
-Desaparécelas-
-¿Qué?-
-Tu ropa-
Los ojos de la delgada comenzaban a cristalizarse, entre el calor, ansiedad y temor no podía pensar.
-Steven- le apartó un poco, quería cerciorarse de algo.- ¿Me amas?-
Esa pregunta le bajó estrepitosamente la calentura. Vio con atención ese rostro sonrojado, una mirada de preocupación le tomó desprevenido.
-Yo... ¿Recuerdas ese día de películas? Me llamó la atención una de ellas, quise despertarte para que la vieras, fue hermosa, pero te veías cansado- el joven de rizos arqueó una ceja, no estaba entendiendo.
-Las cosas que hemos hecho... Me gustan, me hacen sentir bien, íntimamente hablando también- sin quererlo el rubor se expandió.- Pero, en la película, ellos... ¿Cómo decirlo?-
-¿Tenían relaciones?-
-"Hacían el amor"- fue la inmediata contestación. Le dejó atónito.- Ellos decían que se amaban a cada momento y eran una linda pareja, era muy cursi- sonrió nerviosa.
Steven no tenía palabras.
-Se que no somos una pareja oficial, se que teníamos un acuerdo, y bueno, a este punto...- los nervios ya no eran por lo anterior hecho, sino lo dicho- Hacemos muchas cosas de pareja, ¿tú me amas?-
-Yo...- las palabras se le atoraban en la garganta. Se sentía acorralado por las opciones.
-Yo te amo- sus ojos se abrieron de golpe.- Steven... Quiero hacer esto contigo-
El mundo se le vino abajo con rapidez, le estaba pidiendo algo inesperado, algo más allá de su estúpido convenio.
-Spinel- su boca solo se abría sin decir palabras, no quería romper sus ilusiones de golpe.
La de tonos rosa vio su inquietud. Ladeó la cabeza triste, sabía que le estaba pidiendo algo no permitido.
-No te preocupes, esta bien, no te obligaré a algo que no estes seguro, vamos a dormir ¿Te parece?- estaba un poco dolida, creyó que el otro correspondería, no tanto a su propuesta, más bien, a su sentir.
-No es que no quiera... Es qué... No me siento preparado para algo así-
¿Aún no? ¿De nuevo le dejaría en espera?
-Entiendo, solo...- tristeza y pesar remarcan su rostro. Culposo e inocente deseo.- Quería que supieras acerca de mis sentimientos, lo consideré lo mas correcto-
"Quería que supieras..."
°
No pudo dormir más de cuatro horas, le carcomía el cargo de consciencia. Había llegado demasiado lejos, y para sumarle a su desgracia, Spinel sabía más de lo que creía.
"Quizá es hora de terminar con esto", pensó.
Se levantó con sumo cuidado para no despertar a quien reposaba a su lado, se dirigió al cuarto principal, le pidió disculpas a las diamantes por su grosero comportamiento, luego se marchó. En la Tierra era aún de madrugada.
"Quería que supieras que también te amo"
Borró el mensaje completo. En su lugar escribió: "Búscame en tres días".

ESTÁS LEYENDO
31 DÍAS DE JUEGO
FanfictionSteven se encuentra en una etapa de "crecimiento" muy peculiar, tiene una lucha constante debido a sus pensamientos "incorrectos". En una de sus visitas a Ciudad Playa, sin quererlo, Spinel termina involucrada en la confusión de su joven amigo, arr...