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El camino de regreso fue tranquilo, ninguno de los dos interrumpió el agradable silencio, se dedicaron a aprovechar la música que Steven había colocado en el trayecto de regreso a casa. 

Cuando llegaron a su destino, salieron tranquilamente del auto, el joven de rizos le abrió la puerta a su amiga para invitarla a salir. Caminaron sin ninguna prisa, pasando por alto el detalle de que, se ausentaron más que de costumbre. 

-Hoy fue interesante- habló sin expresar muchos ánimos la gema de corazón.

-¿Solamente interesante?- el otro se quedó perplejo. 

-Es mentira, me divertí mucho- ante tal comentario el de cabello azabache se molestó ligeramente, aunque no tardó en mostrar una sonrisa divertida, acto siguiente invadió sus costados causándole cosquillas. 

-Todo por eso me pagaras el siguiente helado- seguían en el proceso de no parar de reír. 

-N-no entiendo, ¿c-cómo?- le era complicado hablar sin trabarse. 

-Ya veremos, pero lo harás- Steven cambió la posición de sus manos aprisionando ahora su cintura, le contenía entre sus miembros. Spinel poco a poco dejaba de reír.

-Volveré al Planeta Madre, adiós, Steven- habló la de coletas alborotadas mientras le dedicaba un abrazo. 

-Nos vemos luego, Spinel- Por alguna razón ninguno de los dos se movía, era como si faltara algo, se miraron otra vez, sabían que lo necesitaban, sin decir nada poco a poco anulaban el trecho que existía.

Después de aquel contacto apenas tangible entre ambos labios, se despidieron con la mano. 

No pasó mucho para que ambos se alteraran, ¿qué acababa de pasar?

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No pasó mucho para que ambos se alteraran, ¿qué acababa de pasar?

Era una sensación diferente a las otras, no era como cuando se besaban por interés del deseo, esto era distinto. La vergüenza se apoderó de sus pensamientos, ¿por qué?, ya habían hecho eso en repetidas ocasiones.

¿Podría ser que... 

No terminó de cuestionarse algo más, el ruido de una caja impactando al piso le asustó. Las caras de sorpresa de Garnet y Amatista le tenían frío. 

-Aaaa... ¡Lo sabía!, ustedes estaban jugando  a algo más que manitas calientes- le señaló la morada de forma acusatoria. 

-¿Q-qué?- Steven estaba más que nervioso. 

-Steven- le llamó severamente la más alta.- ¿Cuánto tiempo lleva sucediendo esto?- dejó la caja que también sostenía en el piso. 

-¿De dónde salieron?, no las vi llegar- dio unos pasos atrás al sentirse acorralado. 

-Te estábamos buscando, queríamos pedirte opinión de algunas películas para mostrar en la sala en el maratón de mañana- la de lentes se acercó peligrosamente al chico. 

31 DÍAS DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora