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El nerviosismo le estaba atacando nuevamente en la cama, ya era bastante tarde, pero sus energías estaban al tope, sus ojos no mostraban ceder a la idea de quedarse sellados, lo único que hacia era entrar en desesperación por moverse de un lado a otro en interminable oscilación. 

"Besé a Spinel", es lo único que transitaba por su mente. 

Era todo un embrollo, se arrepentía de haber actuado de esa manera, pero se reprendía a sí mismo por pensar mayoritariamente en lo bien que lo había pasado en ese pequeño lapso. ¿Por qué su cuerpo tenía ese tipo de reacciones?, era algo muy problemático. 

°

Otra vez la misma repetición, no concilió el sueño, sus ojos le pesaban, pero tenía que levantarse, por lo menos a desayunar y no preocupar a los demás. 

-Steven, buenos días- fue recibido con una radiante y cariñosa sonrisa. 

-Buenos días- trató de disimular una sonrisa escapándosele un bostezo. 

¿A quién quería engañar?, era obvio que Perla se percató de las grandes ojeras y la falta de energía usual en el joven humano-gema, claro que quería preguntar, aunque también era consciente de darle su espacio y privacidad. Tiempo le tomó aceptar que su niño ya no era un niño, tenía que dejar de sobreprotegerle tanto, pero eso no significaba que dejara de preocuparse por él. 

Al terminar el desayuno, Steven salió a pasear por la ciudad, quería despejarse un rato y tratar de espantar las ganas de dormir que aún perduraban. El problema principal con su plan era ese mismo, no tener un plan, parecía ser un día aburrido y sin ninguna novedad, incluso no había visto a las demás gemas, solo a Perla en el desayuno, aunque bueno, tampoco es que haya preguntado sobre su paradero. 

Se sentó en una banca a la orilla de la playa, pensando en algunos momentos compartidos, nada en específico, sin embargo, hubo uno que asaltó su juicio, recordó aquel día en la arena, con su mejor amiga, Connie, la primera vez que se fusionaron, un punto muy importante en su vida, una de las pocas veces que lograba utilizar sus poderes en esa lejana juventud, cuando era alguien lleno de inexperiencias acerca de sus capacidades, no  llegando a ser completamente una gema, pero tampoco destinado a ser un humano común. No obstante, Connie siempre había tratado de comprenderlo, no pudiendo ayudarlo enteramente con los problemas "espaciales" que a veces le involucraban, a pesar de eso, ella intentaba darle resguardo en lo que podía, le había tomado bastante cariño. 

No se esperaba aquel beso, sonara tonto, pero él desde un inicio le tuvo un cariño sincero, que nunca pasaba ninguna de las barreras que pudieran decirse son "el siguiente escalón", o quizá si lo esperaba muy en el fondo, en un futuro lejano formar un futuro a su lado. Actualmente, se sentía simplemente estúpido por como estaba echando a perder su inocencia y pensamientos puros. 

¿Cómo le afectaría lo que acababa de hacer?, ¿qué pensaría Spinel al respecto?, ¿podría ser que lo estaba pensando demasiado?

No terminó de auto-cuestionarse cuando la agitada respiración de Ronaldo le interrumpió. 

-¡Steven!, ¡no vas a creer lo que he encontrado!- exclamó con cansancio por correr agitado. 

-¿Qué pasa Ronaldo?- suspiró un poco fastidiado, aún no podía entender como el de cabellos amarillentos seguía sorprendiéndose pese a lo que llegaba a pasarle a estas alturas. 

-¡Encontré una especie de goma extraña en una de las zonas lejanas a la ciudad!, tienes que verlo, es sumamente extraño- 

¿Goma extraña?

°

Tal y como Ronaldo dijo, era una zona un tanto apartada de la ciudad, parecía incoherente tener edificaciones que sobrepasaban el numero de habitantes del lugar, pero bueno, era casi una zona aislada, algunos incluso se habían marchado debido a las peligrosas situaciones que pasaron repetidas veces. Eso no quería decir que no hubiera gente que de vez en cuando llegaba al sitio, unos cuantos como turistas, y muy pocos a querer vivir allí. 

Entre los postes de luz había una especie de hilo rosa, algunos segmentos variaban en tonos, en el inicio de esta especie de "cuerda" pudo notar un pie, o más bien, un zapato muy familiar.

-¿Qué rayos?- decía mientras se ponía a analizar, por otro lado, el joven adulto se encontraba tomando fotografías con su teléfono. 

Ya tenía una idea de que era esa "goma extraña", pero de igual manera siguió caminando por los alrededores. Pocos metros después encontró una mano con un guante rosa. 

Era claro que se trataba de las extremidades de Spinel, aunque lo verdaderamente desconcertante era el porqué estaba enredada entre los postes de luz. 

-¿Dónde se supone que esta la cabeza?- habló mientras se aproximaba a una de las manos, "realmente tiene una gran capacidad elástica", se dijo mientras tocaba la palma. 

De repente escuchó la vibración de los segmentos que se encontraban estirados, no le dio tiempo de reaccionar cuando observó como se retraía cada segmento, deshaciendo todo el enredo como en una secuencia de reversa, parecido una liga regresando a su forma original. 

-¿Spinel?- llamó el de cabellos rizados a la gema que ahora mismo parecía salir de una especie de mareo. 

-¡Oh, Steven!, no me digas que es otra de tus amigas extrañas- el mencionado le ignoró para ir a auxiliar a la gema que aún se encontraba en el piso. 

-¿Estás bien?- posó sus rodillas en el piso para analizarla más de cerca. 

-Sí, eso creo- se colocó una mano sobre su cabeza tratando de recobrar el enfoque. 

°

Antes de cuestionarle los motivos de su visita, Steven prefirió transportarla al templo, aprovechando que se encontraba un poco desorientada la cargó lejos del hostigamiento de Ronaldo. 

-Y... ¿qué hacías enredada de esa manera?- preguntó con una pequeña risa. Quería romper el silencio incómodo que se había formado hace rato. 

-Yo... eh...- se tardó en hablar, le causaba vergüenza contarle lo que la llevó a esa penosa situación. 

Steven se encontraba expectante de la respuesta, la cual no parecía llegar. 

-Bueno, no importa, no esperaba encontrarte por aquí, ya sabes, viniste ayer- ese comentario causó otro silencio abismal, ya que, ambos empezaron a recordar lo sucedido. 

-Quería volver a verte por alguna razón- la voz de Spinel rompió con la mudez del ambiente.

°°°

Muy corto el inicio, lo sé, pero solo es como un adelanto.

31 DÍAS DE JUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora