—Encerio tengo que seducir a ese... —señaló a lo lejos a Erick.
—Si.
—Pero Daniela...
—Ningún pero Abraham, me la debes.
—Nisiquiera soy gay —reclamo el muchacho.
Daniela le estaba comenzando a molestar.
—Justo donde me importa.
—Esta bien —dijo el chico rendido.
—Bueno, ve y hablale.
—¿Ahora? —se inquieto Abraham.
—Si, baboso.
El chico tomó aire, y se acercó hacia Erick para hablarle.
—Hola —le habló coqueto.
—Hola —le contestó un poco cortante el ojiverde.
—¿Porqué nunca te había visto aquí?
—No lo se, y realmente no me importa —el menor contestó cortante.
Eso fue caer bajo para Abraham, nunca lo habían rechazado así, era una falta de respeto para el.
—Eres bonito.
—Si, mi mamá siempre me lo dice.
—Pues si que tiene la razón —insistió más.
—Mi mamá siempre tiene la razón —a Erick no le estaba gustando ese chico, pero lo sentía demaciado molesto.
—¿Qué tal si salimos algún día de estos?
—No quiero.
—Anda no pierdes nada —insistió.
—Tengo novio.
¡Que!
Daniela no se lo había mencionado, bueno no importa, talvez es feo.
—Pero tu novio no se enterará.
—Que su novio no que —Interrumpió la Joel.
Mierda.
Iba a matar a Daniela.
Porque no le había mencionado que el novio de aquel chico era Joel, bueno nisiquiera le había dicho que el chico tenía novio, así que no era como si pudiera esperar mucho de ella.
Habia rumores de que Joel era un delincuente, nada de eso era real, pero la mayoría de la escuela lo creía y preferían no acercase a él.
—Bueno... —Abraham salió corriendo.
—Eso fue genial —habló mientras lo miraba seguir huyendo
—Que te digo soy genial —se alabó el rizado — ¿Qué quería ese tipo?
—Queria invitarme a salir —soltó inocentemente el menor.
—A bueno... —habló relajadamente para luego abrir los ojos como plato — ¡¿Que?!
—Me invitó a salir.
—¿Y tu que le respondiste?
—Le dije que no.
—Encerio, tengo que ponerte un cartel en la espalda que eres mio, de mi propiedad.
—Tengo una cartulina y marcadores en mi mochila ¿los quieres? —okey eso fue extraño.
—Solo bromeaba.
—Oh —suspiro desilusionado
—Pero puedo dejarte marcado el cuello con chupetones.
—Si —chillo el menor emocionado, pero cuando enciendes algo no puedes pararlo.
—¿Que tal hoy en mi casa?
El menor asintió.
—Mi mamá y mis hermanos no estarán en casa y sera más co... —Fue interrumpido por un Erick que salió corriendo.
Luego de ver corriendo a Erick muy desesperadamente, trató de seguirlo.
Vio que el menor entró al baño, y se metió a un cubículo.
Y lo escucho vomitar.
Obvio que se preocupo, eso mismo le habían pasado los últimos días.
Cuándo escucho que ya no estaba vomitando le preguntó. —¿Bebé estas bien?
—Si, creo que me cayó mal algo. —mencionoblimpiandose la boca.
—Hoy no vamos a ir a mi casa —habló de pronto.
—¿Porque? —se decepcióno el menor.
—Porque vamos a ir al doctor.
