La búsqueda del poder (Bnha y Pokémon)

Capítulo 1 : El primero

Este es un mundo donde existen héroes y villanos. Hace ya varios años las personas comenzaron a desarrollar poderes como si fueran capacidades físicas, a los que llamamos dones, pero no es lo único que trae este mundo. Los humanos conviven con criaturas extrañas conocidas como pokémon.

Cuando los primeros villanos aparecieron, con ellos trajeron héroes que, junto a los pokémon, defendían a los inocentes y todo lo que consideraban justo. Es así como, poco a poco, el mundo se fue organizando y, ahora, aquello que considerábamos sólo como un sueño se volvió una realidad. Bienvenidos al mundo de héroes y pokémon.

Este mundo se divide en ocho regiones, cada una tiene un entrenador o un héroe que es considerado como el alto mando de la región, entrenadores excepcionales con grandes conocimientos y una sabiduría envidiada por muchos. Son símbolos para cada región.

En una región conocida como Astra, un joven aspirante a héroe se inscribió en el instituto más reconocido de esa región. El muchacho tiene un don llamado One For all, heredado de su padre, Toshinori Yagi, un ex héroe y ex entrenador muy talentoso. En sus tiempos fue reconocido como un símbolo de paz, siendo capaz de derrotar a cualquier villano por su asombrosa fuerza, aunque su mayor hazaña fue ganar la liga pokémon y ser el primero en desafiar al alto mando. Desgraciadamente, cuando llegó al tercero, ya no pudo avanzar más y se dio cuenta que aún le faltaba nivel para tal desafío; aquel oponente era demasiado fuerte para Yagi y terminó derrotándolo de forma humillante.

Desde ese punto, su carrera como entrenador decayó. Aunque conservaba su labor como héroe, no duró mucho debido a una herida que se hizo al enfrentar a un villano mucho más fuerte que los convencionales. Ya no es capaz de mantener su don por mucho tiempo y decidió retirarse antes de que termine muerto. Después de todo, tiene una familia de la que preocuparse. Ahora, su memoria es respetada por aquellos que lo recuerdan, pero su labor como padre de familia lo alejó de ese mundo y no se arrepiente.

Izuku Midoriya, el hijo, heredó el poder de Yagi y ahora se educa en la UA, una institución educativa hecha para formar a los futuros héroes y entrenadores pokémon. Aunque también posee otras categorías, esas son las más destacadas y por las que tiene un gran renombre.

Este es su segundo año de estudio heroico. Perteneciente a la clase A, es de los menos destacados en todo el curso, sin mencionar que no tiene amigo alguno. A pesar de que su poder tiene un gran potencial, su dificultad para controlarlo le causa muchos problemas en los exámenes, además, tiene una enorme desventaja en comparación a los demás: carece de compañero pokémon. Así es, a pesar de ser el hijo del gran Toshinori Yagi, el mismo, no le dio ningún pokémon para que forjara su camino. «Debes conseguir a tu primer pokémon solo, sin ayuda de nadie. Si lo consigues, demostraras ser apto para entrenarlo», eso fue lo que dijo su padre, pero ni siquiera le dio una pokebola para capturar uno, alegando que capturar un pokémon lo puede hacer cualquiera, pero entrenarlo requiere más que las ganas.

Al final, no logró conseguir un pokémon a tiempo antes de entrar a UA; fue incapaz de comprender lo que su padre le dijo y tuvo que esforzarse el doble que los demás para poder entrar y mantenerse adentro. En la mayoría de clases y prácticas se les permite emplear a los pokémon, por lo que las ganas no fueron suficientes para compensar la desventaja en cada examen. Aun así, el joven logró calificar y llegar a segundo año, aunque durante todo el primer año recibió burlas y desaprobación, tanto de sus compañeros como de los profesores, y sólo por no tener un pokémon.

En serio, fue un milagro que llegara a segundo año, y más aún, fallando en casi todas las pruebas prácticas, pero fue ahí donde su tenacidad y ganas por volverse un héroe lo ayudó a permanecer firme y llegar a donde está, aunque ni siquiera él está seguro de poder aguantar otro año igual. Si quiere volver realidad su sueño, debe aguantar un par de años más. Esto es solo el comienzo.