Trece

2.7K 224 71
                                    


"Odio echarte de menos cuando aún estás conmigo."

—Acércate—Ordenó, no sabía a qué carajos se refería si literalmente estábamos demasiado cerca para mi gusto.

Me hice oídos sordos y me dediqué a limpiar cualquier rastro de lágrimas de mi estupido rostro. Repentinamente unas náuseas terribles se sentían en mi interior logrando así que una mueca en mi rostro saliera a la luz. Comenzaba a sentirme mal y quería irme ya.

—Siéntate en mis piernas, nena.—Giré a verlo saliendo de mi mundo, ignorando el latente malestar en mi estomago que viajaba hasta mi garganta. Palmeó su pierna con semblante divertido.

No sabía que le parecía más divertido, la situación o lo mierda que logró ponerme en sólo minutos. ¿Mi sufrimiento le ponía feliz? Si era así, le daría el gusto, no podía simplemente aparentar que todo lo que me dijo se me resbalaba. Me sentía pésimo no hace falta decirlo de nuevo.

—¿Fingirás hacerte la sorda?—El chasquido de su lengua llamo mi atención. Estaba perdida, me sentía externa a esta situación.—Ven aquí cachorrita.—Palmeó de nuevo sus piernas mirándome con dulzura fingida.

Indignada acate lo que me pidió. Humillada ya estaba ¿Qué era un poco más? No tenía dignidad por la cual luchar, no era nadie. Sonrió con autosuficiencia al verme sentada como una muñeca frágil en sus piernas. Acaricio mis cabellos y me permití cerrar los ojos ante su fino y delicado tacto. Hundió su nariz en mi cabello húmedo y aspiro soltando un breve suspiro para tomarme del mentón y hacer que lo mirara.

Nada, en sus ojos no había nada. No se veían reflejadas emociones básicas o siquiera compasión por mi.

—¿P-puedo irme ya?—Murmuré con miedo a su respuesta. Sus ojos felinos me analizaron por completo logrando que un escalofrío atravesara mi espina dorsal. Sentía mis labios secos y seguramente estaban morados por el frío que comenzaba a sentir.

—¿Quieres irte ya?—Asentí—Pero nos estamos divirtiendo amor.—Su usual  sonrisa socarrona a la cual ya estaba acostumbrándome surcó sus labios.

Cada segundo que pasaba en esa casa a lado de el, mis sentimientos se iban desvaneciendo. No tenía caso luchar por ellos y mantenerlos si el no sabría cuidarlos.

—Por favor...—Insistí titiritando por el frío que sentía.

Me sentía enferma, física y mentalmente.

—¿Tienes frío?—Asentí en respuesta reconfortándome a mi misma con mis delgados brazos.—Quítate la blusa.

Balbucee un ¿Huh? Y el volvió a Sonreí. Me sentía débil incluso para reprochar y tratar de mantenerme al margen. Mis ojos pesaban, estaba cansada.

—Eso te quitará el frío, nena—Se encogió de hombros comenzando a desabrochar por mi los primeros botones de mi blusa.

Intente apartar su mano de la misma pero me lo negó con un chasquido de lengua apartando bruscamente las mías.

—Pórtate bien ¿si?—No obtuvo respuesta de mi parte pero lo tomó como un si.

Se despojó de mi blusa dejándome expuesta en sujetador ante sus ojos. Sus manos tibias acariciaron mis hombros. Cerré los ojos ante su tacto, era su puta sumisa y aunque fuera en contra de mi moral me encantaba que me tocara, necesitaba su atención por mas mínima que fuera.

Jugueteó con los tirantes de mi sujetador negro pero no hizo más. Se dedicó a observarme con un semblante neutro.

—Ven acá—Me atrajo a su cuerpo y me permití aspirar su colonia. Sentía su calor corporal en mi frío cuerpo. Acaricio con esmero mis cabellos logrando que suspirara cerrando los ojos en el proceso, iba a dormirme estaba segura de eso.

Scenery ; KTH|JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora