Veinte

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Otro día mas, y un nuevo sufrimiento empezó. La forma más bonita de despertar no era con nauseas y vomito. Cada vez estaba más segura que hacía lo correcto. Odiaba sentirme así. Por otro lado las vitaminas estaban cumpliendo su propósito. Me sentía diferente, con más energía incluso.

Termine de abotonarme la blusa y me faje o bueno lo que se pudo.Observé mi reflejo en el espejo. Aunque no hubiera cambios muy notorios, me sentía diferente y yo si notaba mi estómago más abultado.

No solo eso, debido a que no podía costearme un uniforme nuevo tenía esta blusa desde hace ya tiempo y era una talla muy pequeña que me quedaba a medida. No se porque la doctora Kang que subiera más de peso, yo ya me veía muy gorda. Mi blusa se veía hasta algo distorsionada.

Desayune un simple plátano y salí disparada a la parada del autobús. No tuve que esperar mucho porque al poco tiempo llego.

Tenía nervios con tan sólo entrar al instituto. Miraba a todos lados con precaución de no toparme a esos dos chicos que tenían mi mundo patas arriba y vuelto una mierda pisada.

Llegue temprano con el motivo de no cruzármelos al entrar y poder evitarlos a toda costa y hacerme invisible ante todos.

El salón no estaba solo, varios compañeros platicando y Justo frente a mi asiento y Kim se besándose con una de último año con demasiadas demasiadas ganas.

No pude evitar hacer una mueca y sentirme pequeña. Aunque no lo hiciera con intención me sentí como tiempo atrás. Una idiota a sus pies, que aunque ya no fuera del todo así, porque acepto que las cosas cambiaron mucho, ya no me sentía tan atada a él, ya no sufría su rechazo como antes. Me dolía verlo ser así, pero entendí que yo no podría cambiarlo.

—¿Qué miras, idiota?—Salí de mi trance y la observé con desinterés.

Me había quedado como imbecil parada frente a ellos. La mirada de odio que me dedicaba la chica pelirroja me dio escalofríos.

—Te estoy hablando.—Apretó sus dientes y estaba segura que en cualquier momento se me lanzaría encima.

—Oh... yo, nada.—Me excuse un tanto intimidada por su actitud. Nunca fui alguien violenta o busca problemas así que me intimidaban muy fácil.

Kim soltó una risita socarrona rompiendo el silencio que pronto se formó.

La pelirroja enfadada se devoró la boca de Kim dandole una mordida que para mi fue algo asquerosa pero supongo que ella lo disfruto. Me observo con odio y de un empujón me quito del camino.

Retrocedí unos pasos por su brusquedad y me golpeé levemente con el escritorio detrás de mi. Hice una mueca por el dolor pero me incorporé y volví a mi asiento.

—HeeSook.—Su voz ronca sonó tras de mi. Su aliento mentolado llegó hasta mis fosas nasales.

Me giré con lentitud tanteando su cercanía a mi persona. Mis ojos se abrieron en grande al verlo rodando mi nariz.

Lo vi levantar las comisuras de sus labios formando una sonrisa. Me alejé asqueada al recordar como compartió babas segundos atrás con la pelirroja esa.

—¿Si?—Inquirí retomando que momentos atrás me llamo.

—¿Tienes mis libros que te preste?—Asentí abriendo mi mochila y devolviéndole sus cuadernos y libros de cuando fue a mi casa.

—Gracias, primor.—Tomó sus libros de mis manos rozando sus dedos con los míos apropósito.

Sentí una corriente eléctrica y por instinto las alejé con un semblante consternado en mi rostro.

Scenery ; KTH|JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora