Veinticinco

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—Hey...—Sonreí levemente al verlo incorporarse en la cama con un pequeño puchero en sus labios mientras fruncía el ceño.

Yo estaba despierta desde hace unas horas. La verdad no podía dormir así que aproveché para ducharme y lavarme los dientes.

JungKook tenía el sueño pesado y aunque prendiera la secadora el seguía tieso como una piedra sin siquiera moverse.

—mmmm—Dejó caer su cabeza hacia un lado aún entre sueños y solté una risita. Aveces podía parecer un niño pequeño y era adorable.

—Es hora de despertar—Tome con delicadeza su rostro acomodándolo y comenzando a desenmarañar su cabello despeinado con mis dedos.—Alguien necesita un corte—Abrió un ojito para analizarme y le sonreí.

Su cabello tapaba gran parte de su visión. Me gustaba su cabello, era negro y sedoso. Algo diferente a cuando lo conocí que lo llevaba corto. En verdad le quedaba bien el cabello largo, se veía incluso más fresco y guapo.

—Date una ducha, apestas—Le di un empujón y gruño cruzándose de brazos.

—Siempre huelo rico y lo sabes—Abrió por completo sus ojos mirándome fijamente.

Su voz dio Justo en mi espina dorsal. Tenía un sonido tan ronco y digno de un Dios debido a que acababa de levantarse.

Deje que se le quitara el sueño mientras yo aún en pijama bajaba a la cocina para comer algo. Tuve que darle la indicación sobre meterse a bañar al menos tres veces. Era tan testarudo que se quedaría acostado jugando en su celular o dormido. Aveces pensaba si es que odiaba el agua.

—Buenos días querida.—Me asuste un momento pues me tomo desprevenida pero después sonreí.

—Buen día señora Jeon, ¿Qué hace despierta tan temprano?—Me encamine al refrigerador sacando el jugo de naranja.

—Quería ver a mis muchachos irse al instituto, crecen tan rápido.—Soltó un suspiro al aire como enamorada y me reí levemente.

—¿Hay leche de plátano?—asome mi cabeza para mirarla mientras ella bebía de su café.

—Al fondo del refri, ¿Te gusta?

Negué al instante.—Para mi no, es para JungKook—Tome la botella y cerré el refrigerador.

La vi sonreír en grande y la miré confusa.—Sabes mucho de mi muchacho ¿no?—Una sonrisa pícara quería salir de sus labios y me puse nerviosa.

—Soy observadora—Asentí para mi misma.—Toma eso todas las mañanas y se molesta cuando no hay.—Me encogí de hombros como si fuera un dato irrelevante.

La escuché suspirar mientras me daba la espalda para lavar su taza.—Mi pequeño es como un niño aún.—Le di la razón mientras bebía de mi jugo.—Aveces suele ser muy bruto pero es buen Niño, tenlo por seguro, te quiere.

Me quede congelada y seguramente me sonroje. Agradecía que me diera la espalda para que no lograra verme.

—¿Bajará a desayunar?—Seco sus manos con un trapo acercándose a mi. Mientras buscaba a su hijo con la mirada.

—Se está duchando.—Espete mientras terminaba mi jugo.—Apestaba.—Solté una risa que fue acompañada por la señora Jeon.

—Desde pequeño batallaba con el para meterlo a bañar, es un chico testarudo y el agua no es su mejor amiga.—Evite soltar una carcajada a lo grande mordiendo mi labio y desviando varias veces la mirada.—Puedes reírte.—Me tomó desprevenida pero al final reí burlándome un rato.

Scenery ; KTH|JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora