Unos Rostros Conocidos

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Saulo observó maliciosamente al comerciante y traficante de armas con la clara intención de hacerle daño. El capitán no estaba dispuesto a olvidar lo que sucedió en Pripyat, el incidente en el cual casi les cuesta la vida a Sarah y a él, aun cuando fueron un par de francotiradores británicos para encargarse del jefe de Makarov; el cual Sarah tuvo que rematar porque los británicos fallaron el disparo y pensaron que sería una buena idea dejar que muriera desangrado por la amputación de su brazo provocada por el mismo disparo.

Cuando su Peacemaker estuvo completamente descargado, Saulo tomó una bala Frag y se la mostró detenidamente.

—Es una pena que no tuviera otro revólver para hacer lo que voy a hacer pero con dos me basta —Saulo murmuró para sí mismo.

—¿Sabes qué es esto Volk? —le preguntó Saulo con algo de sorna mientras jugaba con la bala con la palma de su mano, a lo que Volk asintió viendo detalladamente el cartucho que el capitán tenía en su mano.

—Bueno eso me ahorrará muchas explicaciones —comentó Saulo en respuesta.

—Sarah ¿Podrías transformar esta roca en una bola de boliche? ¿Por favor? —el capitán le pidió a su esposa de forma amable, a lo que ella procedió a hacerlo para después proceder a hacerle una sonrisa atrevida.

—Gracias cariño —le agradeció Saulo mientras metía la bala en el revolver para después apuntar hacia la bola y apretar el gatillo.

Instantes después la bola había quedado hecha polvo en el suelo para sorpresa del coronel Champrouge.

—Volk, imagina que le hará a tu cabeza o a tu cuerpo si la utilizo en tu contra —comentó Saulo con malicia mientras sacaba el casquillo de su revólver.

Saulo tomó una bala de uno de sus bolsillos, la cual no estaba cargada con pólvora y su fulminante estaba gastado pero tenía el proyectil en su lugar e instantes después tomo otra bala completamente funcional y las revolvió en su espalda, completamente al azar para después proceder a colocar una en el Peacemaker y la otra en el Remington del 45.

Después de cargar los dos revólveres con una bala empezó a hacer malabares con las dos armas mientras sostenía su mirada hacia el comerciante.

—Veras Volk, una de estas armas está cargada con una munición inservible pero la otra tiene una munición activa —Saulo hizo una pausa para mirar a Volk a los ojos—. Y solo tienes once oportunidades para responder, o tal vez menos, eso depende completamente de ti... ya que olvide en que arma metí la munición inservible —comentó el capitán con "sinceridad" mientras le sostenía la mirada, provocando que Sarah y coronel francés alzaran la ceja pensando en que si aquello iba a funcionar.

Clic... se escuchó por primera vez provocando que Volk cerrar los ojos por puro reflejo. Saulo siguió haciendo malabares con las dos armas para temor del comerciante. Clic... se escuchó por segunda vez haciendo que Volk se ofuscara e hiciera un movimiento involuntario y así se siguieron escuchando el golpe de los martillos con las cámaras vacías de las armas mientras Saulo seguía haciendo malabares con ellas.

De manera simultánea a lo que estaba haciendo Saulo, dos siluetas se encontraban evadiendo a los agentes franceses que se encontraban vigilando la pequeña casa en medio del bosque. Unos minutos después, las siluetas ya habían dejado fuera de combate a la mitad de los agentes para conmoción del resto de sus compañeros. Un Agente iba a comunicarle la situación a Saulo pero ante de que pudiera hacerlo un golpe hizo que perdiera el conocimiento, dejando ver que los atacantes eran un hombre y una mujer encapuchados.

Saulo ya iba a apretar el gatillo por novena vez cuando Volk cedió a la presión y le gritó que iba a contestar todo lo que el General Supremo le preguntara, haciendo que Saulo sonriera satisfecho ante la incredulidad del coronel francés, quien atribuyó a que el disparo previo que hizo Saulo contribuyo a quebrar la voluntad del comerciante y traficante de armas, aunado a la estrategia de jugar psicológicamente con él, haciendo malabares con los revólveres para evitar que adivinara cual era el arma que realmente podía disparar.

Miraculous: La Increíble Historia de Ladybug y SpidermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora