El Festival Musical de París

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Era una fresca mañana del mes de Junio cuando Marinette se levantó de golpe. La chica pensó que se le había hecho tarde para ir a la escuela, por lo que se dispuso a arreglarse con rapidez. Tras terminar rápidamente salió corriendo, solo para darse cuenta que ese día no iba a haber clases. Tikki trató de animarla pero al parecer no tuvo éxito, pues su amiga parecía como si hubiera ido a la guerra y hubiera perdido a todo su equipo. Al llegar a su habitación Marinette se tiró a su cama con la misma aura deprimente a su alrededor hasta que el sonido de su teléfono le llamó la atención. Tras murmurar algo ininteligible levantó con bastante desgana su teléfono.

—Bueno —murmuró Marinette.

—Hola Marinette ¿Qué tal?, espero que no se haya olvidado que nos íbamos a reunir en la casa de Juleka —Alya contestó de una manera muy animada, lo cual provocó que Marinette se pusiera algo nerviosa.

—No, no, ¡¿cómo crees que se me ha olvidado?! De hecho me estaba terminando de arreglar para ir. Nunca sería capaz de olvidarme de eso —Marinette contestó de una manera apresurada.

—¡A mí no me engañas Marinette! Apuesto que te quedaste dormida otra vez.

—No, no, estaba a punto de ir por Peter. Él quedó de esperarme para ir hacia allá.

—Hablando de eso... cómo que últimamente pasas más tiempo con Peter, hasta parece que dejaste de lado tus intenciones con Adrien.

—¿Qué estás insinuando Alya? —preguntó Marinette antes de ir por un papel.

—Creo que tienes algo con él —respondió Alya sin rodeos.

—No te entiendo Alya, creo que hay interferencia —Marinette empezó a arrugar el papel para simular la interferencia—. Mejor te veo más al rato, creo que se me va la señal —tras eso colgó rápidamente. Alya observó divertida su teléfono antes de ir con los demás.

—Espero que Hawk Moth no arruine el día —Marinette susurró para sí misma mientras Tikki se metía en su bolsita.

Marinette se despidió de sus padres y salió hacia el encuentro de su querido amigo. Mientras caminaba por la banqueta no pudo evitar sentir un escalofrío, pues aún tenía algo de miedo de ir sola por la calle a raíz de su secuestro. Ella se repitió que no era nada, que ahora no pasaría nada, y si pasaba Peter y Chat Noir la buscarían y la ayudarían, y con esos pensamientos continuó su camino hasta llegar a la entrada del hogar de Peter. Ella estaba por tocar cuando la puerta se abrió de golpe y Peter salió deprisa, pues creía que se le había hecho tarde.

Peter al salir chocó con ella y ambos terminaron en el suelo algo adoloridos. Peter se sacudió la cabeza y observó a su amiga, quien se encontraba debajo de él en una posición algo comprometedora.

—Pete... —Marinette le habló a su amigo con un sonrojo bastante marcado— ¿Podrías bajarte, por favor?

Peter al notar realmente en qué posición se encontraban se sonrojó y se quitó rápidamente, no sin antes ayudarla a levantarse. Una vez que lo hizo, él se disculpó de todas las maneras que pudo, cosa que provocó que ella soltara una sonrisita. Marinette lo detuvo y le dijo que no había problema, lo cual provocó que Peter se rascara la nuca con algo de nerviosismo.

Una vez que todo volvió a la normalidad ambos amigos emprendieron la marcha hacia el hogar de Juleka.

—Saulo, cariño ¿ya estás listo? —Sarah preguntó mientras terminaba de darse un retoque con maquillaje.

—Claro tomatito, solo deja me pongo mi chamarra —Saulo respondió una vez que terminó de colocarse su pistolera, en la cual estaba su M1911.

—Eh, Saulo... tengo una pregunta.

Miraculous: La Increíble Historia de Ladybug y SpidermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora