La Disputa de Saulo y Gabriel

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El maestro Fu observó con cuidado a los dos jóvenes que tenía enfrente de él, si bien consideraba que tenían una imaginación envidiable, le preocupaba el hecho que ellos supieran que él era el guardián de los miraculous. Dante le había contado al viejo maestro sobre su estrategia de repartir los miraculous para que así estos no cayeran en manos de Avinatán.

—Saben, Harcos me comentó sobre la idea de repartir los miraculous entre portadores que yo considerara dignos. Si bien podría parecer una buena idea hacerlo, está el hecho de que eso expondría a los miraculous y consecuentemente haría mucho más fácil su captura —comentó tranquilamente el viejo maestro.

—¿Sabe, maestro Fu? —comenzó a hablar Nathan en apoyo a su primo— de dónde venimos usted está muerto.

—Sé que ese momento llegará eventualmente, nadie puede escapar de la muerte... y estoy que seguro que mi sucesora podrá hacerse cargo de los miraculous —el maestro Fu le contestó a Nathan de forma tranquila.

—Ese es el problema que queremos tratar con usted Señor Fu, lo que sucede es que su sucesora también murió en el tiempo del cual venimos —indicó Dante de forma seria.

El viejo guardián de los miraculous y portador de Wayzz observó a ambos muchachos algo sorprendido por esa revelación. Era como si le hubieran dicho que los miraculous cayeron en manos equivocadas.

—Eso no es posible...

—Verá señor, ella en teoría será asesinada en al menos unos diez días si no me equivoco. Ella murió al tratar de recuperar los dieciocho miraculous que usted tenía cuando le fueron arrebatados de sus frías y muertas manos por mi abuelo, quien será akumatizado por Hawk Moth si todo sale mal —indicó Dante con una voz seria y prolija.

—Ya veo... Entonces lo que me quieres decir es que reparta los miraculous para evitar que todos ellos caigan en malas manos tras mi muerte y de la muerte de mi sucesora —el maestro Fu observó a Dante con suspicacia— ¿Y cuáles miraculous siguieron a salvo?

—Solamente el miraculous de Chat Noir. El miraculous de Ladybug tuvo el mismo destino que los demás una vez que su portadora fue asesinada.

El maestro Fu observó a ambos muchacho fijamente, lo cual provocó la incomodidad de estos. Wayzz escuchó la historia de los muchachos y creyó que era factible pero también se cuestionó sobre lo grave de la akumatización que mataría a su portador

—Ya veo, tal vez considere la idea pero como le he dicho al esposo de Annette... Esto tampoco podría funcionar —comentó el maestro Fu, lo cual causó el resoplido de los muchachos.

—Lo tomamos pero es muy importante que lo considere, su decisión podría proteger al mundo de un futuro infeliz y desastroso —advirtió Nathan mientras lo observaba fijamente.

Tras esa charla los jóvenes se retiraron dejando bastante pensativo al anciano guardián.

—Touché —Kagami indicó mientras Adrien trataba de bloquear su estocada pero este falló por casi nada.

—Eres muy buena Kagami —Adrien le alagó mientras se preparaba para empezar otra vez.

—Tú también Adrien —Kagami le indicó mientras se ponía en posición—, pero puedo intuir que estás algo distraído.

—¿Por qué piensas eso? —preguntó Adrien mientras bloqueaba una embestida por parte de la chica.

—Porque caíste en una treta mía hace unos segundos —Kagami evitó por casi nada una embestida por parte de Adrien—, una treta en la que no hubieras caído si estuvieras totalmente enfocado.

Adrien se sorprendió y se preguntó si realmente debía contárselo, pues realmente no quería fastidiarla con sus problemas. Kagami notó eso y no quiso seguir presionándolo de esa manera, así que se centró en distraerlo a través del duelo que estaban teniendo. El duelo en sí parecía ser bastante desafiante, e incluso podría decir que aún más que él que tuvieron cuando conocieron, en el cual ella destilaba un aura arrogante.

Miraculous: La Increíble Historia de Ladybug y SpidermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora