El Escondite de Volk

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Pablo miró intrigado a Dante, quien seguía con una expresión taimada, expectante a lo que su padre le fuera a preguntar pero para su descontento él no dijo nada pues solo dirigió su mirada hacia la televisión para seguir observando el programa pero lo que Dante no notó fue la pequeña sonrisa que Pablo había hecho. Mientras tanto Saulo y Sarah, en compañía de Tony escuchaban con detalle lo que el General Supremo les indicaba pues parecía ser muy importante.

—Los muchachos del GIGN me ha pasado la información que un viejo amigo nuestro ha estado teniendo actividades sospechosas en zonas cercanas a las catacumbas y parece ser que está coludido con Kingpin y su amigo —comentó Harcos mientras los miraba fijamente y procedía a pasarles unas carpetas con algunas imágenes tomadas por los hombres de la Gendarmería Francesa.

—Ese hijo de perra... debí enterrarlo en Pripyat, justo como lo hicimos con Makarov —comentó Saulo mientras apretaba los dientes visiblemente molesto.

—¿Y quién es, Big Boss? —Tony le preguntó con algo de burla sin prestarle atención a la dura mirada que el General le dirigió pero suspiró mientras renegaba en voz baja del hijo de su difunto amigo.

—Él es un comerciante de Armas y también es amigo de terroristas ultra-nacionalistas rusos, su nombre es Maxim Volk —le respondió Harcos con un tono serio.

—He escuchado el nombre de ese pusilánime pero no le preste su debida atención en su momento —comentó el Stark algo pensativo.

—Saulo, Sarah... quiero que vayan a las catacumbas a investigar que se trae entre manos y también quiero que le capturen y le lleven a esta dirección —comentó el General mientras les pasaba un papel que tenía una dirección anotada, Saulo alzó una ceja pues conocía el lugar al que lo iban a llevar.

—Entendido Señor ¿pero qué hay con las autoridades francesas? —preguntó Sarah algo confundida.

—Verán, los chicos del GIGN estarán al espera por si se complican las cosas, al igual que tú Stark —Harcos comentó mientras miraba fijamente al anterior comerciante de armas.

—¿Y cuándo partimos para allá? —preguntó Saulo con bastante seriedad.

—A las 0200 en caso de que se compliquen las cosas, ya saben para evitar daños colaterales —le contestó el General—. Y una cosa más Sarah, no vas a poder usar tu rifle ahí abajo, así que nuestros amigos franceses te prestaran uno de sus juguetes —le indicó mientras le mostraba un FAMAS G2, el cual se encontraba dentro de su estuche.

—También quiero que usen las Pacem ahí abajo, no quiero que nuestro amigo Volk se vaya a morir por casualidad.

Saulo suspiró pesadamente, pues algo le olía mal de ese asunto. Él sabía que Volk no era tan descuidado como para exponerse de esa manera, si el amigo de Kingpin estaba ahí podrían pasar muchas cosas en ese lapso de tiempo. El capitán miró a su teniente y asintieron sabiendo que tenían que hacer, en cambio Tony Stark miro frustrado al General.

Harcos negó sabiendo cómo era él.

—¿Ahora que pasa Tony? —preguntó el General con un tono cansino.

—¿Por qué yo voy a estar haciendo el aburrido trabajo de esperar? mientras ellos —señaló de manera exagerada a Sarah y a Saulo— van a tomar el trabajo divertido.

Sarah iba a poner a Tony en su lugar cuando Harcos la detuvo.

—Verás Tony... tú debes a estar a la espera, porque si todo se va al diablo van a salir tantos mercenarios como si de ratas de alcantarillas se tratasen y deberás proteger y dar apoyo a los miembros del GIGN que van a estar ahí —le contestó el General de forma calmada mientras Tony Stark trataba de calmarse.

Miraculous: La Increíble Historia de Ladybug y SpidermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora