Incertidumbres que Matan

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Peter se encontraba caminando por el parque que había conocido a Marinette. El muchacho sentía que algo no estaba bien, sentía como le dolía el pecho y una especie de angustia se empezó a apoderar de él. Peter decidió sentarse en una banca para tratar de tranquilizarse, pues claramente eso no era normal. El muchacho se encontraba sumido en sus pensamientos cuando notó un cuaderno en el suelo. Él pensó que el cuaderno se parecía mucho al de su querida amiga, y sin perder más tiempo lo recogió, solo para darse cuenta que el cuaderno era de Marinette. Peter empezó a tener mal presentimiento, que aunado a la sensación que ya tenía en el pecho, le hacía sentía una angustia bastante grande.

Peter decidió ir con Saulo y Sarah para tratar de calmarse, y de paso a ver si le ayudaban a tratar a localizar a su amiga en caso de que todo lo que sentía fueran alucinaciones suyas.

Marinette no podía dejar de ver con temor a los seis hombres armados que se encontraban adentro del vehículo -contando al que le estaba encañonando-. La situación era bastante tensa pues el hombre que iba con el copiloto parecía nervioso, pues trataba de no llamar la atención de los policías. Marinette no pudo evitar recriminarse por haber confiado en el Osborn, el cual no paraba de verla con una expresión de arrepentimiento, como si realmente no hubiera querido hacerlo.

La chica tenía miedo por Peter, pues sabía que quién sea que hubiera contactado con Harry lo quería muerto. Ella se maldijo mentalmente por haberse quedado paralizada, ella pudo haberse transformado en Ladybug o haber gritado por ayuda pero inmediatamente se dio cuenta de que si hubiera gritado, el hombre que le estaba apuntando le hubiera disparado y esta vez no habría un Spider-Man que recibiera la bala por ella.

—¿A dónde me llevan? —preguntó Marinette con una voz temblorosa.

El hombre que la vigilaba apretó aún más la pistola contra sus costillas pero Harry lo tranquilizó, aunque el hombre no le obedeció.

—Aún lugar a cual nadie podrá encontrarte —le respondió unos de los hombres con una voz maliciosa.

Marinette trató de observar con detenimiento al hombre y se dio cuenta que tenía un tatuaje de un escorpión en el dedo medio. Marinette empezó a sollozar porque pensó que nunca volvería a ver a sus padres, a sus amigos o a sus abuelos. Ella empezó a imaginarse que la encontrarían muerta en alguna carretera cerca de la ciudad o por algún baldío. También se imaginó como se pondrían sus padres cuando se enteraran e incluso pensó que ni Saulo, ni Sarah y ni Iron Man la iban a encontrar. Solo podía esperar a que no se dieran cuenta de la existencia de Tikki o de su miraculous.

Peter tocó insistentemente la puerta de la residencia de los Salazar-Boissieu y después de varios segundos que le parecieron eternos Sarah abrió la puerta. Sarah observó con curiosidad a Peter y le preguntó que sucedió, pues la expresión que traía no era normal. Peter miró acongojado a la pelirroja y le pidió permiso para entrar, a lo que la francotiradora accedió al ver como estaba el chico. Saulo al ver a Peter fue directo a él para saludarlo pero se dio cuenta que no estaba bien, pues cargaba un aura bastante pesada de preocupación.

—¿Qué pasó Peter? ¿Te encuentras bien? —preguntó el capitán.

—Siento que algo malo pasó con Marinette —declaró el muchacho de forma directa.

Saulo observó de forma seria a Peter, pues el asunto se había vuelto bastante serio. Aparte estaba el hecho que probablemente le había pasado algo grave a una chica inocente, y eso era algo que no estaba dispuesto a permitir. El capitán compartió una mirada con su esposa y ambos asintieron en comprensión mutua. Sin perder más tiempo el matrimonio dirigió a Peter hacia la sala principal, cerca de la habitación que estaban usando como almacén de armas.

Miraculous: La Increíble Historia de Ladybug y SpidermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora