1 octubre, 2019.
Laura salió de clase a la velocidad del rayo. Gemma y Adrián tuvieron que andar a paso acelerado para poder alcanzarla. El madrileño la agarró del brazo para detenerla, pero la chica terminó explotando.
—¡Te juro que les veo la cara de gilipollas que tienen y me entran ganas de quitarles la sonrisa de un guantazo! —Chilló Laura consternada—. ¡No puedo con ellas!
—¡Ala, ala! —Exclamó Gemma.
—¡Es que sacan lo peor de mí!
—Controla tu mal genio cuando las tengamos cerca o serán ellas quienes te den un guantazo. —Le advirtió Adrián.
La valenciana continuó despotricando hasta que llegaron a la sala del estudiante, un lugar donde los universitarios podrían descansar entre horas o estudiar si lo deseaban. Los tres amigos se desplomaron sobre uno de los sofás. Lo mejor que podría haberles pasado aquel día, era que el profesor de documentación informativa tuviera una reunión y no pudiera impartir la clase. Tenían dos horas libre para no hacer nada.
—No conseguiremos hacer migas con los del curso en la vida. Somos algo así como los marginados de la clase, apenas socializamos. —Dijo Gemma.
—¿Y quién los necesitas? Nos miran con desprecio cada vez que pasamos por delante, incluso con prepotencia. —Contestó Laura—. Yo no sé vosotros, pero no quiero llevarme con ese tipo de personas.
—Creo que nuestra situación tampoco es para tanto, chicas. Estamos muy bien los tres juntos. —Reconoció Adrián.
Llevaba casi un mes de clases y ya empezaba a conocer a sus amigas más a fondo. Laura tenía un carácter fuerte e impulsivo que podría jugarle malas pasadas durante el curso. Al contrario que Gemma, quien tenía una personalidad tranquila, dócil y más introvertida. Claro que, la rubia pecaba de ingenuidad.
—¿A que no sabéis quién me ha hablado por instagram? —Les dijo Gemma—. Os juro que es real. Vais a flipar.
—¿Quién?
—Daniel Montes, el chico de clase.
—¡No jodas! —Exclamó Laura con sorpresa.
—¿Quién es Daniel Montes? —Inquirió Adrián.
Intentó ponerle cara, pero no lo consiguió. En el instituto solía molestarle que sus compañeros no se acordaran de su nombre, pero ahora él se encontraba en esa tesitura. pero ¿cómo iba a recordar el nombre de noventa y cinco personas? ¡eso era imposible!
—El chico este que siempre está solo. —Adrián arrugó la frente—. El que estaba detrás nuestro en lengua. Lleva unas gafas redonditas y casi siempre lleva un suéter azul de cuello alto.
—¡¿Qué dices?! —Exclamó Adrián sorprendido—. ¿Y qué quería?
—Supongo que solo hablar o alomejor quiere que seamos amigos. No lo sé...
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Contra lo desconocido. #1 [TERMINADA] #PGP2020 #GAY
Novela Juvenil[Primera parte de la trilogía "Contra lo desconocido"] Tras descubrir a su mejor amigo implicado en una trama de abuso sexual, Adrián Rubio decide poner tierra de por medio e irse de Madrid para estudiar la carrera de publicidad y relaciones pública...