Contra lo desconocido. #1 [TERMINADA] #PGP2020 #GAY

Capítulo 1:

31 de mayo del año 2019.

—¿Estás preparado, chico? —Le preguntó su entrenador, Jim.

Como para no estarlo, Adrián junto al equipo de los Northonn habían estado entrenando duro para dejar a todos boquiabiertos con su entrada al campeonato.

—Todos estarán viéndote desde las gradas, ¡ha venido gente de todas partes! tienes que darles una imagen realista de lo duro que hemos entrenado, la reputación del equipo está en tus manos.

—Lo sé, lo sé. —Sonrió con cinismo y falsa seguridad—. No te preocupes, Jim. Está todo controlado.

¿Cómo decirle a su entrenador, el que tenía tanta fe en que, con su ayuda, el equipo dejaría de ser uno de los menos apoyados de la ciudad, que no se sentía seguro de poder lograrlo?

Todos sus compañeros del equipo le dedicaron sonrisas envenenadas, celosos de que Jim solamente valorara el esfuerzo del castaño, mientras que el del resto pasaba casi inadvertido.

—Eso espero, ¡estoy ansioso por ver cómo le dais una paliza esos «zoquetes» del «Southornn»!

La emoción que manifestó le pondría los pelos de punta a cualquiera. Adrián tenía miedo de defraudarlo.

—¿Has estado siguiendo la dieta? No había presupuesto para hacerte un seguimiento. —Lamentó.

—Si, si, ¿cómo puedes dudarlo? me tomo esto muy en serio. —Mintió.

Adrián recordó aquellos días en los que rechazó salir con David y el resto del equipo al «Foster Hollywood» a ingerir un buen entrecot para coger fuerzas para el campeonato Estatal por quedarse en casa a jugar a la Play Station.

—¡Chicos acercaros!

Todo el equipo, con parsimonia, se puso en pie.

—Formad un círculo. —Indicó Jim—. Esos «zoquetes» del «Southornn» están muy subiditos desde que ganaron a los «Westplays»...

—¿Y qué quieres que hagamos con eso, Jim? —Preguntó uno de los chicos.

—Responderé rápido a tu pregunta, David. —Volteó hacia el chico con la cabeza bien alta, con el objetivo de quedar por encima de su mirada inquisitoria—. Hemos entrenado durísimo, chicos y...

—Pero ellos más. —Replicó un chico llamado Miguel.

—Su entrenador es... —Masculló con los puños blancos otro chico llamado Santiago.

—¡Me da igual quien sea su entrenador! ¡Como si es el santo papa! —Chilló con los ojos inyectados en sangre—. ¡Vamos a hacerles picadillo! —Todos vitorearon—. ¡Vamos a humillarlos! ¡a destrozarlos! —Otro grito. Jim estaba encolerizado, necesitaba saciar su rabia—. ¡Vamos a hundirles la vida!

—¡ESO HAREMOS! ¡SI! —Gritó todo el equipo entre gritos y aplausos.

—¿QUIENES SOMOS?

—¡LOS NORTHONN!