Marzo 20, 2014.
Te niegas rotundamente a algo que al final terminas haciendo.
Intentas convencerte de que eso jamás pasará, ni por error ¿Tú, haciendo lo que a la vista de todos era predecible? No, nunca. La tentación viene, te asomas a dar un vistazo, pero vuelves a negar rotundamente y sigues tu paso; los días pasan y ya no te asomas a ver, ahora te quedas unos minutos, contemplando la idea de quedarte, pero una parte de ti aún te recuerda lo que juraste y defendiste con uñas y dientes. Siguen pasando los días y poco a poco te vas resignando, fingiendo que de tus labios nunca salieron aquellas palabras de negación, y en cuestión de tiempo, ya estás aferrado a eso que negaste hacer algún día.
Yo estoy contemplando la idea de quedarme.
Me dirijo a la residencia de Peter, intentando disipar esos pensamientos—que sé, no le gustarán a él—, para ir una última vez como perro arrepentido.
Llego a su puerta y doy unos leves toques, esperando que alguien me abra.
—Ah, hola—es su para siempre inexpresiva hermana menor.
—Hola, Gleen. Ah...—con ella siempre me quedo sin palabras—¿Está tu hermano?
Ella me mira como ¿Enserio? Me siento una completa idiota—Está en su habitación—contesta, antes de hacerse a un lado.
—Gracias.
—Sí, como sea—sale y cierra la puerta, dejándome sola adentro.
Esperando que Peter no esté viendo porno o haciendo algo peor, entro a su habitación... Sin tocar.
—De acuerdo, no hables solo escucha—el chico me ve como si hubiera perdido la cabeza—. Soy una reverenda estúpida, lo sé; soy muy manipulable, lo sé; vivo cometiendo errores ¡Por Dios, lo sé, claro que lo sé! Pero no puedes dejarme sola en este mundo tan cruel—respiro profundo—. Mi mundo, mi vida es mejor cuando tú estás allí para sostenerme—aún no estoy llorando, no se pongan dramáticos—; puedo tener cientos de amigos, pero sé que en realidad solo te tengo a ti.
Silencio.
Silencio.
Okey, recogeré mi charco de dignidad y me iré como si nada pasó.
—¿Por qué sigues con ellos si sabes que son tóxicos para ti? —pregunta en voz muy baja.
Ni siquiera yo lo sé.
—Supongo que soy demasiado ingenua creyendo que van a cambiar.
Se vuelve a formar el silencio, esta vez más corto.
—Pues entonces, espero estar ahí para cuando te des cuenta que nunca van a cambiar—Se levanta de su cama y se para frente a mí—, mientras tanto, estaré salvando tu trasero de más estupideces—sonríe.
Debo escucharlo.
—¿Promesa?
—Promesa.
Y la sellamos con un largo y fuerte abrazo.
[...]
Marzo 24, 2014.
—¿Cuándo pretendías hablarme sobre tu gran amistad con Nicholas?
Oh oh.
—¿Quién es Nicholas, Amelie? —mierda.
—No es nadie, Mad.
—Es su nuevo amigo—irrumpe Peter.
—No es mi nuevo amigo—ruedo mis ojos.
—¿Entonces qué? —indaga Mad.
—Es solo una persona que... Coincide conmigo y cruzamos palabras—me excuso.
Mejor te hubieras quedado callada.
—Coinciden en WhatsApp.
No puedo describir el rostro de Peter. O no quiero.
—No lo tengo en WhatsApp—miento.
Sí, estoy mintiendo. Digamos que después de unos días el chico usó su astucia para envolverme es su labia barata y hacerme desbloquearlo.
—¿Entonces él es el intenso que tienes en WhatsApp?
—¡Mad!
—¡¿Qué?! Ese tipo es un fastidio.
—De acuerdo, no tengo porqué darles explicaciones... A ninguno de los dos.
—Te estás victimizando para no contestar la pregunta y dejar poco a poco el tema—me reprocha Peter.
—¿Te gusta?
¿Qué?
—¡No! Y dejen de hostigarme con el tema, no contestaré—me pongo de pie, con la intención de huir a mi cuevita llamada habitación.
—De acuerdo, está bien—Peter se pone de pie—. Me voy a casa, tengo tareas extremadamente largas y difíciles que hacer—resopla.
—Cuando seas el mejor arquitecto del mundo, vas a agradecer todas esas tareas—le sonrío—. Ahora, mueve tu trasero holgazán y ve a hacer tus deberes.
Peter se va en silencio y Madison me ve con esos ojos juzgadores, haciéndome saber que el tema no ha terminado.
—Amelie.
—¿Ah?
—¿Solo amigos?
—Madison, te recuerdo que yo soy la hermana mayor aquí. Tengo veinte años, sé muy bien qué me conviene y qué no. Apenas conozco a ese chico, no es como si fuera a lanzarme en sus brazos o algo así. Además, he conocido a cientos de chicos antes ¿Por qué tanto alboroto por este? —gruño, antes de dirigirme a mi habitación.
—Te conocemos, vemos cada detalle de esta amistad—ella enfatiza demasiado las últimas palabras.
—¿Estás celosa? ¿Tú y Peter temen que este trío ya no sea tan unido por él? —cruzo mis brazos a la altura de mis pechos.
Ella ríe antes de responder—Entiendo, te pone en modo desagradable este tema, mejor me voy.
—No, Madison. ¿Eso es lo que quieren, que me quede en esa bola de cristal que ustedes han formado para mí? Sí, no soy muy buena eligiendo amigos, pero son los que tengo, son mis amigos, no puedo solo quedarme aquí encerrada porque el mundo es cruel y yo no lo merezco. Tú eres mi hermana, solo eso; Peter es mi mejor amigo, solo eso... Dejen de cuidarme como si me fuera a romper en cualquier momento, lo inevitable no se puede prevenir, en cualquier momento pasará.
>>Tú eres una niña de trece años, sería muy patético solo tenerte a ti como compañía femenina; Peter es un chico, con cientos de responsabilidades y otros amigos ¿Estaré pegada a él como una lapa a donde sea que vaya?
Ella no responde.
>>Exacto... Necesito mi espacio propio, más personas en mi círculo.
—Bien—sonríe y se va, en silencio.
¿Solo eso?
De acuerdo, estoy confundida, me siento culpable y miserable.
¿Y si tienen razón?
Me costará esperar, a ver qué pasa.
~~~
ESTÁS LEYENDO
Amelie|Completa.
Non-Fiction"Sabía que el "Por ahora" solo era un preaviso de que tarde o temprano todo estallaría, pero me prometí vivir cada momento, prometí disfrutarlo al máximo y eso incluye este instante, porque cada segundo cuenta". Ser ordinaria nunca me ha molestado...