XXXVI|Ni Más Ni Menos.

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Octubre 9, 2015.

Con Madison siendo mi peor enemiga y mamá fuera de casa no tenía nada que hacer en mis días libres, así que llevaba al menos media hora husmeando en mi Facebook, sin nada interesante que ver ni nadie con quien hablar.

Hace unos días intenté contactar a Peter, pero no di con ninguna de sus redes, fue como si se hubiese esfumado. Quizás era una señal, quizás Dios me gritaba desde su trono que no siguiera maltratando mi pobre y machacada dignidad.

O quizás solo buscaba excusas para no escribirle.

Como sea, ya me había rendido.

Estaba a punto de hundirme en mi miseria cuando una llamada entrante de Sally arruinó mis planes.

—Espero que tengas una buena explicación para tu inoportuna llamada—contesto. Estaba en mi cama boca arriba, con mi cabeza y brazos colgando afuera de ella, por lo que veía todo al revés.

¿Qué hacías o estabas apunto de hacer?

—No lo sé—suspiro—, dormir... Llorar... Ambos—intento encogerme de hombros, pero la posición solo me permite removerme como pez fuera del agua.

Mejor cuelgo, tienes excelentes y entretenidos planes.

En efecto—la cabeza empezó a pesarme, así que me incorporé.

¿Ya lo hiciste?

—No—confieso—. Lo busqué y no lo encontré por ninguna parte. Fue como si se hubiera esfumado... Como si solo existió en mi imaginación—murmuro, perdiéndome en el blanco techo, un lugar en el que me perdía mucho últimamente.

Me encantaría aportar a tu poética respuesta, pero, de hecho, ya lo encontré.

¿Qué?

Somos amigos en Facebook.

—¡¿Qué?!

Y también sé que...—carraspea antes de continuar—Savannah se fue... A Estados Unidos.

—¿Qué?—jadeo. Mi voz salió como un susurro sin aire.

Ya no solo es uno, ahora son dos, dos amigos que dejé ir sin despedirme, sin hablar.

Todavía tienes tiempo de arreglar las cosas, Am.

—No—niego—, ya es tarde... Un año tarde.

Estás viva, eso es suficiente para saber que no es tarde—resopla—. Amelie, no esperes estar en una cama de hospital o muerta para pedir perdón, no esperes el momento indicado, porque ese momento nunca llega. Tú eres quién hace que el momento sea el indicado.

—Yo no... No puedo—resoplo, con mucha frustración—¿Qué les diré?

Solo escucha tu corazón, detente y escucha lo que tiene para decirte.

—Yo... Necesito a Madison para esto—admito y es muy... Muy vergonzoso.

Sabes lo que debes hacer para tener a Mad.

—No ¿Sabes qué? No, no la necesito. Yo solo... Solo buscaré la forma.

Como quieras...

No, no uses ese tono conmigo.

¿Cuál?

—Ese, ese tono juzgador. Estoy intentando arreglar las cosas con ella, pero también sé que necesita tiempo, así que se lo estoy dando.

Amelie|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora