XIII|Pelirroja.

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Junio 16, 2014.

Hoy es mi primer día en la universidad.

¡Estoy nerviosa!

Ya sé que no es para tanto, es solo la universidad, pero, es un ambiente totalmente desconocido para mí.

Sí, definitivamente hubiera sido mejor con mi mejor amigo aquí—ya sé, ya no somos amigos, es la costumbre—.

Mi primera clase es a las nueve y son las siete de la mañana, así que tengo que ponerme en acción.

Con la mayor rapidez que puedo, me baño, me visto y salgo a la cocina.

Madison ya está en la mesa, uniformada.

—¿Y mamá? —pregunto, sentándome a su lado.

—Se está preparando.

Hace unos cuantos años que no salíamos las tres en la mañana. La opción de estudio estaba totalmente descartada para mí, es decir, sentía que perdería el tiempo. Costaron muchas horas de parloteo para convencerme, una vez hasta fui con Peter a una de sus clases, sí me gustó el ambiente.

Cuando termino de desayunar ya Madison se ha ido al colegio y mamá al trabajo, así que salgo de la casa sin despedirme de nadie.

[...]

He salido ilesa de mis dos primeras clases.

—Hola—una hermosa pelirroja me alcanza y se une a mi paso. Si mal no recuerdo, tomamos juntas la primera clase que tomé hoy: Historia. En aquel entonces no me detuve a ver a nadie, porque lo único que pensaba era en mi próxima clase, pero ahora... Es muy hermosa, y por lo visto, simpática.

—Hola—le devuelvo el saludo, sonriendo.

—¿Tienes clase ahora?

—No, solo voy a la biblioteca.

—Yo igual ¿No hay problema si te acompaño?

—Por su puesto que no—vuelvo a sonreír. Por alguna razón esta chica me hace sonreír muy fácilmente.

—Bien—me da una pequeña sonrisa—. Por cierto, soy Irina.

—Mucho gusto, Irina, yo soy Amelie.

—Igualmente, Amelie.

El resto del camino para llegar a la biblioteca, lo recorremos en silencio, hasta que estamos dentro.

—¿Qué estás estudiando? —me pregunta, entrando al ascensor primero.

—Enfermería ¿Y tú? —aprieto el número tres.

Antes de que las puertas del elevador se cierren, entran unas cuantas personas más.

—Bioanálisis, estoy en mi segundo semestre ¿Y tú?

Antes de contestarle, nos sentamos—Es mi primer semestre.

—Imagino que estás asustada.

—Mucho.

—No te preocupes, dentro de unas semanas estarás en tus aguas.

Pasamos un buen rato hablando y me doy cuenta de que no es de esta ciudad, que vino aquí por cuestiones de estudio y por consecuente no conoce nada de aquí, por lo que no tiene ni idea de qué hablo cuando le digo donde vivo.

Su compañía resulta agradable, tanto que casi olvidamos nuestra próxima clase.

—¿Me pasas tu número? Así nos mantenemos en contacto—ella me tiende su celular.

Amelie|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora