X|Miradas Asesinas.

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Mayo 15, 2014.

—¡Amelie Sander, será mejor que cuente todo con lujo de detalle, porque necesitamos corroborar los rumores que silban por el aire! —Savannah y Susan se lanzan en la cama, provocando que Madison casi caiga.

—Hola para ustedes también, Susan y Savannah—Mad rueda sus ojos y se traslada al pequeño mueble en la esquina de la habitación.

—¡Cuente! —insiste Susan.

—No fue nada del otro mundo—ahora soy yo quien rueda los ojos.

—Aun así, queremos saber todo—sostiene Savannah.

—Ya les dije todo por WhatsApp, no hay nada más. Conocí a su familia, hablamos por un rato y después me mostró su cuarto.

—¿Y cómo es su cuarto? ¿Qué hicieron allí? —Susan sube y baja sus cejas continuamente.

—No seas morbosa—río—, solo me mostró un par de cosas y...

—Y te dio ese hermoso brazalete ¿O me equivoco? —Savannah toma mi mano y me quita el brazalete.

—Sí.

—¿Nada más? —indaga Susan.

—Nada más—miento, porque claro que hay más.

—¿Y cómo es eso de que Peter ya no te habla? —pregunta Savannah.

Oh, eso.

—Pues sí, Peter se enojó conmigo, discutimos y ya no hablamos.

—Que idiota—resopla Susan—. Seguro está celoso de no ser el único chico en tu vida ¿Pero sabes qué? Que se vaya a la mierda.

Puedo sentir el peso de la mirada de Madison.

—Sí, que se joda—agrega Savannah.

—¿Es en serio? —me cuestiona Madison con enojo—Eres increíble, Amelie Sanders—resopla y sale del cuarto.

—¿Y a esta qué le dio? —pregunta Susan.

—Olvídalo, solo quiere llamar la atención—respondo, tomando el brazalete de sus manos.

Sé porqué Madison actuó así. Anoche no pegué un ojo, me la pasé llorando por el mal rato con Peter, pero es obvio que no les voy a contar eso a Susan y a Savannah, en el fondo sé que a ellas no les importa un carajo qué pasó.

[...]

El ambiente está tan denso que si lanzo la cuchara al aire se quedará a mitad de camino.

Madison no hace más que revolver su almuerzo, lanzándome miradas asesinas.

Yo no puedo alzar la cabeza por la vergüenza.

Mamá nos mira a ambas como si nos hubiera salido otra cabeza o algo peor.

—¿No me van a decir qué les pasa? —pregunta nuestra progenitora, pasando la mirada de Mad a mí.

—Peter y Amelie se pelearon y ella no hace nada para arreglarlo.

—Madison...

—En cambio deja que sus estúpidas amigas hablen mal de él.

—¡Madison!

—¡¿Qué?!

—A ver, aquí la que debería de estar gritando soy yo y no lo estoy haciendo, así que me bajan la voz, ambas—mamá deja el cubierto en su plato y me dedica toda su atención—¿Cómo es eso, Amelie?

Amelie|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora