Epílogo.

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Mayo 1, 2017.

La brisa primaveral revolotea las hojas secas del suelo, creando un pequeño remolino.

A pesar de tener sus manos sudadas, Madison las entra en el bolsillo de la sudadera gris que hace parte de su vestuario.

La lápida frente a ella sigue igual que la primera vez que la vio. Igual de pálida, igual de fría... Igual de real.

Ella la boca para decir algo, pero las palabras no le salen, solo un horrible y agónico quejido.

Sus ojos se empañan y sus habituales compañeras empiezan a caer, sin reparo, sin pausa.

—Soy un desastre—musita, conteniendo un sollozo—. Lo sabías ¿Cierto? Sabías que pronto te irías, por eso te reconciliaste con Savannah, por eso le pediste perdón a Peter; por eso me hiciste esa maldita fiesta. Por eso me estabas dando tus estúpidos consejos de vida, de amor, de estudios... Pero olvidaste algo, sabelotodo. No me enseñaste a vivir sin ti, no me dijiste qué hacer cuando ya no estuvieras, no me dejaste un manual para lidiar con el vacío que dejaste en este asqueroso mundo.

»¿Por qué tuviste que amarme tanto? ¿Por qué me cuidaste tanto?—jadea—¿Por qué no fuiste cruel como otras personas? ¿Por qué no eras indiferente conmigo? ¿Por qué no me ignorabas?

Sus piernas flaquean y ella cae en la húmeda hierba que rodea la tumba.

»¿Por qué no fui yo?

Sus ojos miran suplicantes la lápida frente a ella, deseando respuestas, pero solo obtiene el canto de unos pocos pájaros y otro soplo de aire.

"Amelie Sanders, 1993-2016

Descansa en paz".

Lee el grabado una y otra vez, cada vez más contraída, más conmocionada.

—Tenías toda una vida por delante, tenías sueños, objetivos, metas... Yo ni siquiera sé si quiero vivir.

Ella limpia con rabia la cascada salada que empapa su rostro, pero es en vano.

»Ya no sé qué hacer para superar esto. Ya no hablo con nadie, siento que estoy en modo piloto automático desde ese día... Estoy hecha pedazos... Tú eras mi todo.

Sus manos se cierran en puños cargados de impotencia y su rostro se contrae, tratando de aguantar el dolor, que sigue igual de latente que el primer día sin ella.

—Espero que esto haya valido la pena, espero que en verdad estés descansando, que ya no estés sufriendo... Te amo con todo mi ser, Amelie, te amo y siempre te amaré.

Se apresura en secar las lágrimas que caen por sus mejillas y el sol se asoma a sus espaldas, iluminando el lúgubre lugar de una luz contraria a todo lo que sentía la gente allí: esperanza.

Pasan unos minutos más en los que ella sigue leyendo el grabado de la lápida una y otra vez, tratando de aceptarlo de una buena vez y, después, se levanta del suelo.

Le da una última mirada al lugar y le da la espalda, buscando la salida del cementerio.

Ese mismo día Madison se juró no volver, se juró rehacer su vida y volver a creer. Por ella, por los que amaba... Por Amelie.

No me funen ok? :')

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No me funen ok? :')

Sé que el epílogo es cortito, pero no quería hacerlo muy extenso, ya que Amelie dijo todo lo que quería decir UuU.

Quise darles un poquito de Mad porque sé que la aprecian mucho y era parte esencial de esta historia.

Los quiero❤️

¡Vayan a leer mi notita! :)

Amelie|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora