Tragué saliva. Esto era solo un simple impulso. Es su aniversario. Acomodé el vestido de mi madre y me puse labial. Comencé a bajar las escaleras y miré a mi padre durmiendo en la sala, como siempre.
Por temas de trabajo, mañana me iría con mis madrinas a vivir.
Salí de la casa y metí las llaves a mi bolso, comenzando a caminar al cementerio. Solo en halloween y en su aniversario me visto como mujer, ¡no puedo dejar que nadie lo sepa! Seré una burla.
...
Dejé las rosas en la tumba y suspiré, juntando mis manos. Abrí la boca dispuesto a hablar
—Sé que... Me odias. Total, yo fui la que te tiré por las escaleras —miré a mi derecha, observando a una joven con un velo negro, un short negro rasgado, un top negro y unas plataformas de igual color. ¿Luto? —pero soy menor de edad, ¿no? Ellos creen que es un accidente —soltó una risa entre dientes —al menos tú y yo sabemos por qué lo hicimos... ¿Eh, Pink? ¿Escoria? —observé como agarraba la tierra de la tumba y se la tiraba a la lápida —por favor, dime si el infierno es cálido, ¿sí? Quiero saber si estaré en un lugar cómodo... Qué mal que soy tu hija biológica, porque ¡nunca te hubiese llamado madre! —gritó y observé sus lágrimas caer. Soltó un sollozo y se levantó. Acomodó sus coletas y se dio vuelta. Conectamos miradas.
Solté un jadeo y volví la vista a la lápida. Ella se me acercó y observé su rímel corrido. Espera... ¿Eres tú?
—¿Qué miras? —te notabas molesta.
—Eh... —tartamudeé. Suspiraste y te tiraste el velo hacia atrás, dejando ver tus cabellos pelirrojos en coletas.
—Te pregunté algo.
—Nada, yo solo... —señalé la lápida y tú reíste.
—Oh, claro. Perdón por hablar fuerte. Usualmente suelo estar alcoholizada cuando vengo aquí —me sobresalté. Usualmente los borrachos hacen errores graves.
—¿Estás ebria?
—¡No! —frunciste el ceño y luego reírste, relajándolo —bueno, solo un poco —tembleé —pero calma, estás bien —tomaste mi mano. Mi corazón comenzó a latir con fuerza. —¿Te conozco? —negué con la cabeza y abrí la boca, pero nada salía de mi boca. Recordé la fiesta. Ella... ¿Te hizo daño? —¿no? Qué lástima —con tu otra mano, acariciaste mi mejilla —eres muy linda —besaste dicha zona y te levantaste, soltándome. —Bien, me tengo que ir~ adiós, desconocida —y sin más te alejaste.
Desconocida.
—Quiero ser tu desconocido... —susurré a lo bajo, mirándote irte. —... Pero... ¿Quizás es una señal? —miré mis uñas pintadas. —¿Debo ser yo...?
¿... Una mujer?

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Spinel | Stevnel [Nora Au]
Fanfiction⚠Precuela y secuela de Nora. Siempre supuse que yo era la que estaba mal, la fallada, y más cuando tus ojos y los míos sabían que debían conocerse.