Los días buenos.

(Final de la primera parte de esta historia)

Eso esta bien.

Esas fueron las palabras de Aarón antes de marcharse de la casa a quién sabrá dónde. Por mi parte no puedo pensar en su cara de cachorro extraviado, no puedo seguir prestando atención a alguien que no me corresponde. Cuando estemos en la misma página hablamos.

Me duché con la intención de sentirme fresca, relajada y renovada. No funcionó. Me miro al espejo, estoy desnutrida y mi piel esta un poco más seca que ayer y antes de ayer, suspiro y vuelvo a mirar en busca de algo en mí que me haga creer que aún queda esperanza para esta demente. He hecho las cosas tan mal últimamente que me cuesta saber como salir del circulo de las malas decisiones. 

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Juntarme con Zoe no me pareció una mala idea hasta que estuve ahí,  frente a su abultado estomago y junto a una bolsa llena de lo que sea escrito en otro idioma. En la mañana cuestionaba mis malas decisiones y ahora cuestiono las buenas, Zoe no para de insistir llamando a Hanna y quitarle el teléfono a una embarazada no parece una buena idea, menos en el patio de comida del centro comercial. Al parecer no hablar con Zoe me hizo olvidar lo obstinada que es cuando cree que alguien va camino a la desgracia, antes de llamar a Hanna estuvo cinco minutos diciendo que fue una muy mala idea siquiera apoyarme en la loca idea de perder mi virginidad con Aarón y ahora que la perdí con un extraño no le quedo nada más que decir que ...

Necesitas ayuda de un profesional. 

Y cinco minutos después de que Hanna confirmara su asistencia a la reunión de urgencia frente a Doggis  junto a los helados de yogurt, Zoe ya había enviado un mensaje a su prima psicóloga para que me consiguiera una hora en su consulta para lo antes posible. Dejar mi teléfono en casa de los Evil no fue una muy buena idea, podría llamar a la policía y pedirles que arresten a una embarazada loca que quiere controlar mi vida. Aún si tuviera el teléfono creo que no haría nada, hace un rato frente al espejo me sentía en el camino a la tierra de tomar malas decisiones eternamente y ahora siento que de alguna forma Zoe esta tomando decisiones que,  sean buenas o malas, la responsabilidad caerá totalmente en sus manos. 

Otra cosa que me hace estar completamente en silencio es que la vez anterior que Zoe insistió en que tomara terapia fue cuando mi padre murió, lo que me hace pensar quizá no estoy loca solo actuó como una respuesta síntoma de mi estabilidad mental. Ja, podría hacerme la terapia sola.

-¿Crees que estoy loca?- busco en su rostro toda señal de sus emociones.

-Creo que necesitas ayuda-Zoe busca en su teléfono algo que parece ser muy complicado de encontrar.

-No es eso lo que te pregunté-aclaro mi garganta e intento lucir segura de que lo que diga no me afectará.

-En este momento creo que no estas bien, no creo que estés loca, pero creo que no tienes la capacidad de ver con claridad lo que estas haciendo con tu vida-aparta el teléfono de mi vista y me mira directamente a los ojos. 

Claro que sé que estoy haciendo con mi vida, dejando la cagada.

-Claro que sé que es lo que hago-intento no bajar mi mirada, supongo que más rara no puedo verme en este momento, no tengo un espejo enfrente pero siento como mi sudor susurra "imbécil" con cada movimiento de mi cuerpo.

-Si sabes lo que haces responderme las siguientes preguntas- su seguridad me hace sentir molesta y atacada- Si puedes responderlas entonces llamo a mi prima y le digo que no necesitas la terapia y también llamo a Hanna para que se regrese. 

Asiento, tengo que guardar saliva y energía porque responderé cada una de las preguntas.

-¿Por qué Aarón fue tan importante para ti como para querer perder tu virginidad con él sin conocerlo si luego terminaste teniendo sexo con un total desconocido?-la bomba cae en el patio de comida y nadie más la puede ver aparte de nosotras.