Entonces del odio al amor hay tan solo dos.

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Aarón me sacó del lugar sin consultarme. Me lanzó a su auto como un saco de papas, no me puso el cinturón ni puso la seguridad infantil pero con una sola mirada me indicó que si me movía de ahí no lo pasaría bien. Bufé y espere a que se subiera, habló por teléfono antes de hacerlo y cuando finalmente lo hizo no dijo nada más que "Ten" entregandome una sudadera de él. La sudadera me queda gigante pero me hace sentir cálida y con sueño, me acomodo aún sin ponerme el cinturón como si alguien me abrazara, siento su mirada de reojo pero no se la devuelvo y es que si con solo entregarme su sudadera me tenía en silencio y resignada no me quiero ni imaginar cómo reaccionaré si miro esos verdosos ojos, sin olvidar que aún tengo ese "espanta no se que" en la sangre ¿Qué alcoholes tendrá que ni siquiera puedo estar enojada como se debe?

No hay mucho que ver en el lugar donde exactamente estoy, Aarón está cerrando la puerta y yo estoy congelada justo detrás de él únicamente distinguiendo su figura. Siento rabia hacia su hermana por robarme y él fue su cómplice, encuentro eso mucho peor o me afecta aun más, no puedo evitar sentir como mi cuerpo reacciona  al pensar en eso y por primera vez en todo este tiempo mi rabia se dirige hacia mi persona porque no puedo demostrar mi enojo y sigo aqui siguiéndolo como si yo no tuviera dominio propio. Con miedo de mi misma me alejo de él pero la oscuridad de la noche entorpece mi huida por lo que caigo fuertemente al pasto golpeándome el trasero. 

Una luz bastante tenue ilumina el lugar, estamos frente a su casa. Esta es igual a como la recordaba a pesar de que no ha pasado mucho tiempo desde que estuve aquí, me toma del brazo levantándome del pasto y nos adentramos en la casa de un sopetón, me suelta y caigo sentada en uno de los sillones, siento un poco de asco porque me imagino cuantas personas habrán pasado por él en esas fiestas sin control que realizan los Evil todo el tiempo. Y yo en este ambiente extraño e incómodo sigo en el sillón con los ojos de Aarón fijamente pegados a los míos, está un cigarro que aún no enciende en su mano y un piercing nuevo en su boca que te hace preguntar  cómo sería besar esa boca. Genial, su fachada de chico malo que no es solo una fachada me seduce sin que él ponga un mínimo de esfuerzo.

-¿Por qué me trajiste aquí?-saco valentía de no sé dónde solo para decir eso pero a pesar de mi valor para hablar nuevamente no puedo mirarlo a los ojos. 

-¿Realmente Donnovan te intento violar por iniciativa propia? -enciende su cigarro con una sonrisa ladina- Viendo como estas vestida puedo asegurar que fuiste una perra que lo intentó seducir-sus palabras me dejan sin aliento por unos segundos, que fácil es para él quitarme la respiración.

-¿Viendo como estoy vestida?-me levanto casi sin poder controlar mi equilibro con estos tacones malditos, ¿quién mierda se cree?

-No se como Connor te defendió, eres una ofrecida y me lo dejaste claro cuando te ofreciste como una prostituta ramera en mi-Y lo golpee.

Mi mano fue rápida y fuertemente a parar en su mejilla, de inmediato me empujó contra la pared igual o más fuerte que aquella noche que él menciona. Grito con fuerza como única forma de expresar mi dolor y mi cuerpo comienza a caer, Aarón con una mano cubre mi boca parando mis gritos y con la otra toma mi brazo justo por la parte del codo dejandome bien parada y luego con la misma mano toma mis dos manos y las puso por sobre mi cabeza acercando considerablemente su rostro al mío, nuestras respiraciones aceleradas de unen como nuestras miradas y un hormigueo aparece en mi estomago. Soy una idiota con todas sus letras. 

-¿Quieres morir?-su respiración es completamente irregular, su rostro demuestra su enfado y yo espero que mi rostro no demuestre mi atracción, debería estar asustada pero este chico es tan sexy-¿Acaso no te basta con todo lo que te he rechazado? Te lo diré nuevamente, jamás me meteré contigo niñata regalada.

Mis ojos acumulan olas de lágrimas al momento de escuchar eso y es mi pecho se produce una dolorosa presión, espera a que pueda hablar maldito idiota. Aarón que parecía insensible cierra sus ojos fuertemente, parece como si que el hecho de que yo esté llorando le afecta porque es incapaz de mirarme y parece como si se estuviera resistiendo a algo. De un momento a otro su frente está pegada a la mía y nuestras respiraciones vuelven a acelerarse, una corriente eléctrica me recorre desde donde nuestra piel hace contacto hasta la punta de mis pies, su mano deja libre mi boca pero antes de liberarla por completo uno de sus dedos roza mi labio inferior y sus ojos miran fijamente ese movimiento de sus manos mientras yo miro sus verdes ojos.

Los días buenos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora