Estados Unidos.

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Para el año de 1823 a principios de abril México celebró su matrimonio y así oficialmente pasó a ser Estados Unidos Mexicanos.

Para el año de 1836 el 29 de diciembre, España firmó el tratado Santa María-Calatrava en el que acordaron el "total olvido de lo pasado, y una amnistía general y completa para todos los mexicanos y españoles", con la finalidad de reconocer la independencia de México y establecer relaciones diplomáticas y comerciales.

México no podía quejarse mucho, la vida de casado no era tan mala, podía tener sexo con su esposo en cualquier momento que fuera recibido y podía mantenerse cuidando de su país sin problemas tan graves y aunque a su pareja no gustaba de su comida habían encontrado una manera de convivir en paz, conocerse más y saber que fue de ellos todo ese tiempo que no se habían visto, Inglaterra no mintió, cumplió su palabra tanto con él como con su esposo, Estados Unidos estaba creciendo, su gente crecía. En las noches de intimidad antes de caer agotados por el placer USA le susurraba la envidia que tenía de él y toda su cultura.

1844 llegó y México veía como su esposo seguía creciendo, pero algo le daba preocupación, la primera era que él solo se mantenía, no seguía creciendo igual que él, la segunda era que su padre, su suegro y su pareja empezaban a presionar con un tema.

— Tener unos pequeños nietos no me molestaría.

— A mi tampoco, digo, veintiún años de casados y sin ningún crío haciéndonos perseguirlo es un poco triste.

México dejo su bebida en la mesa y miró un poco incómodo a Inglaterra y España. USA les miró con felicidad ante eso.

— Creó que tienen razón, falta la alegría de algunos infantes, ¿Verdad México?

Dijo besando su mejilla, pero México solo se disculpó y salió de la habitación.

[...]

La puerta fue azotada y él solo suspiró, era el año de 1846, cerca de finalizar y parecía que su matrimonio igual quería finalizar, los problemas más frecuentes se han dado por su poco entusiasmo de tener un hijo, aunque sospecha que hay algo más que provoca la furia y frustración de su pareja.

— Nueva España, prefiero un hijo viudo que divorciado, no me hagas estar en vergüenza.

Le dijo su padre en aquél desayuno junto a sus otros hermanos que solo miraban molestos a su padre.


[...]

 El 1 de marzo de 1836, Texas proclamó su independencia de México y nombró presidente a David G. Burnett y vicepresidente a Lorenzo de Zavala.

Después de la firma del Tratado de Velasco (1836), el gobierno norteamericano, que había apoyado militar y económicamente a los separatistas, se apresuró a reconocer la independencia de Texas.

Durante cerca de diez años el gobierno mexicano no intentó recuperar la provincia rebelde pero no reconoció su independencia. En marzo de 1845, la República de Texas se anexó a Estados Unidos; la frontera sur reconocida en esta anexión fue el Río Nueces.

La anexión provocó que crecieran las tensiones que se agravaron cuando en 1845, el gobierno norteamericano ofreció pagar la supuesta deuda mexicana a colonos estadounidenses si México permitía que EE. UU. comprara los territorios de la Alta California y Nuevo México. 

Joshua Giddings, declaró: En el asesinato de Mexicanos sobre su propio suelo y de robarles su propio país, no puedo participar ahora ni en el más allá. La culpa de estos crímenes debe quedar sobre otros. Yo no participaré. Acusamos al presidente de usurpar el poder para generar guerras y apropiarse de una nación que ha estado durante siglos bajo el dominio de mexicanos. Revisemos bien nuestro deseo de dominio. Tenemos suficiente territorio.

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